Fabián De Sousa siguió la sentencia contra Amado Boudou y su inmediata detención por televisión. Minutos después, detenido en el penal de Ezeiza, el socio de Cristóbal López comenzó a ver movimientos y decidió “atrincherarse” y no moverse de su celda. El empresario temía que la llegada del ex vicepresidente ocasionara su traslado a la cárcel de Marcos Paz, en donde ya estuvo.
Sucede que las sesenta celdas del módulo 6 de Ezeiza están completas. Allí se alojan los internos que están bajo el Sistema de Intervención para la reducción del índice de corruptibilidad (IRIC). En esta lista no solo aparecen ex funcionarios, empresarios y sindicalistas vinculados a causas de corrupción, sino también detenidos por narcotráfico. Se trata de detenidos que tienen “capacidad fundada de influir o infiltrarse en las altas esferas gubernamentales o de poder político” o con “Capacidad de corromper o de influir, a través de dinero o recurso a la intimidación o violencia, en el desempeño del personal”.
Además de Boudou y De Sousa, bajo este sistema, se encuentran detenidos en Ezeiza el ex secretario de Transporte Jaime, los empresarios Cristóbal López y Lázaro Baez, el ex secretario de Obras Públicas José López, el ex líder de la Uocra platense “Pata” Medina y Natividad Terán, el ex intendente de Itatí detenido por narcotráfico, entre otros.
El penal de Marcos Paz es otra de las cárceles en donde se implementa el sistema IRIC. Allí fueron destinados los distintos empresarios detenidos tras el Cuadernogate. En las últimas semanas, este sistema tuvo 14 nuevos detenidos (12 por la causa de los cuadernos a los que se suman Boudou y José María Núñez Carmona). Esto provocó reacomodamientos en las celdas: los ex funcionarios fueron destinados al mismo pabellón, para enviar a los empresarios arrepentidos a uno distinto. Los dirigentes acusados y los arrepentidos no se cruzan.
Hasta hace diez días unos cuarenta miembros del Servicio Penitenciario Federal estaban destinados a este sistema, pero el número se está incrementando. Estos agentes son investigados y capacitados para no ser influenciados y corrompidos por estos presos. Desde el SPF aclararon que “este sistema puede ser implementado en otros módulos y hasta en otras cárceles, por lo que la llegada de nuevos detenidos no implica construir otros espacios ya que se añadirían otros pabellones en estas dos cárceles”.