—¿La UCR va a tener una fórmula presidencial en las PASO?
—Aspiro a que el próximo presidente sea un hombre de la UCR. Es un partido de poder que quiere ser gobierno, que tiene un recambio generacional, tiene una usina de ideas y que está decidido a abrazar al futuro. Hemos fortalecido el territorio, tenemos musculatura y emergentes dispuestos a construir una bisagra frente al oficialismo.
—¿Qué estrategia debería adoptar Juntos por el Cambio para no perder los municipios?
—Hay que construir una estrategia política-electoral que nos permita ganar la Provincia, para transformar la Argentina y cambiar la Provincia para cambiar el país. Hay que separar: lo principal es la unidad, sin unidad no le ganamos al populismo. No hay que pensar solamente en intereses particulares. Sin un gobernador propio, el próximo presidente será débil.
—¿Las diferencias internas en JxC no están complicando un triunfo?
—Que haya varios dirigentes con aspiración en el frente forma parte de una coalición viva, si no tuviéramos expectativa de futuro nadie querría ser candidato. Estoy convencido que va a haber forma de resolver las aspiraciones individuales.
—¿Fórmulas mixtas o puras?
—Eso no lo resuelve un acuerdo de dirigentes. Esto está establecido por ley: cualquier miembro de los partidos de una coalición pueden integrar las distintas expresiones.
—¿Está de acuerdo con sumar a Espert a JxC?
—Quedamos en tener una reunión con Espert. Creo en la unidad de la coalición y en su ampliación. Unidad no es amontonamiento, debe darse en torno a un programa. Por lo tanto, quienes estén de acuerdo con ese programa bienvenidos.
—Fue uno de los impulsores de la candidatura de Facundo Manes, ¿cómo lo ve hoy?
—Facundo es un emergente de la política, un hombre capacitado que entiende dónde debe ir la Argentina: el progreso y el desarrollo, poniendo énfasis en la ciencia y la tecnología, y en la calidad educativa.
—¿Por qué es precandidato a gobernador bonaerense?
—Quiero gobernar la Provincia de Buenos Aires porque los que vivimos y nacimos acá sabemos que los números no mienten y que la Provincia ha entrado en la decadencia crónica. Dieciséis de cada cien chicos que empiezan el primario no terminan el secundario. Dos de cada tres personas que se atienden en hospitales públicos tardan meses en conseguir turno. Nueve de diez empresarios PyME denuncian ahogo fiscal, ante una Provincia recaudadora. Por eso aspiramos a llevar a la Provincia a la modernidad. El gobierno de Kicillof no nos cuida, el gobierno no nos educa, no nos cura, no hace rutas y autopistas, no protege a las industrias y apaña a los delincuentes. Esta gestión está aplazada.
—¿Qué análisis hace del caso Berni y los choferes de La Matanza ante hechos de inseguridad?
—Todos sabemos que en plena pandemia, el Estado liberó a cientos de delincuentes por cuestiones sanitarias. ¿Qué impacto generó esta medida? Que los delitos empezaron a multiplicarse. Hoy no hay localidad de la Provincia en la que no haya preocupación por la inseguridad. Mientras vemos cómo Kicillof y Berni se dedican a pelear y chicanear con Aníbal Fernández, asesinan a bonaerenses todos los días. ¿No les da vergüenza? Lo que pasó el lunes en La Matanza es un antes y un después. Muchos nos solidarizamos con la familia del chofer asesinado y rechazamos la violencia sobre Berni. ¿Qué hicieron Kicillof y Magario? Esconderse, callarse. ¿Se imaginan si esto mismo hubiera ocurrido en un territorio gobernado por otra fuerza política? Las y los bonaerenses se cansaron de la hipocresía. El plan de seguridad integral que anunciaron Alberto y Kicillof de $ 40 mil millones fue un show porque nunca se llevó adelante.
—¿Qué mirada tiene de los tres años y medio de Kicillof como gobernador?
— En la provincia de Buenos Aires hay un sentimiento generalizado de bronca y un malestar creciente frente a la gestión de Kicillof Un Estado que no resuelve los problemas, que decide ignorar los reclamos, que consume todo su tiempo en disputas internas, que, en vez de alentar la producción, fabrica pobreza y dependencia de los planes sociales.