Mientras todavía sigue retenido en Ezeiza el avión venezolano-iraní, caso que marcó gran parte de la agenda mediática durante 2022, en la noche del jueves último volvió a aterrizar en el aeropuerto Ministro Pistarini una aeronave de la misma empresa venezolana de la polémica, Conviasa.
Esa compañía fue sancionada en 2019 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que acusa a la firma de operar para el traslado de funcionarios de alto mando del régimen de Nicolás Maduro acusados por corrupción.
El organismo norteamericano tomó esa decisión contra la nave en febrero de 2020. “El régimen de Maduro comandó aviones de Conviasa para promover su propia agenda política, incluido el traslado de funcionarios del régimen a países como Corea del Norte, Cuba e Irán”, justificaron para realizar la denuncia.
El Embraer Lineage 1000, con matrícula YV3016, arribó el jueves por la noche a Ezeiza y, tras dos horas en tierra, habría vuelto a despegar. En su tramo a Buenos Aires, la aeronave habría trasladado a seis pasajeros. El “jet de ultralujo”, como lo definen los opositores a Maduro, partió durante la mañana de este jueves del aeropuerto de Maiquetía, en Venezuela, y tras hacer escala en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, aterrizó por la tarde al aeropuerto internacional ubicado en el centro-norte de la provincia.
Desde la oposición venezolana indicaron que el avión “suele ser usada por altos jerarcas de la dictadura de Maduro”. También trascendió que podría haber transportado a participantes de la cumbre de la Celac, aunque a ciencia cierta no se supo si efectivamente alguien descendió de la aeronave.
El avión ya habría hecho otros vuelos entre Caracas y Buenos Aires. Según páginas de registros aeronáuticos, los viajes al territorio nacional habrían sido dos: el 23 de octubre y el 25 de octubre.
Los mismos portales señalan que la aeronave perteneció entre 2011 y 2014 a la Fuerza Aérea de Brasil, previo a pasar a manos de Conviasa.
Otro dato llamativo es que se trata del mismo avión que utilizó Evo Morales en 2020 –tras los diez meses de asilo en la Argentina– para trasladarse a Venezuela.