Carlos Acuña, de los triunviros de la CGT, aseveró que el salario le está ganando a la inflación y que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional “no puede implicar un ajuste para la clase trabajadora”.
En una conversación mantenida con PERFIL, dijo además, que el movimiento obrero “está organizado” para lograr la distribución de la riqueza y se refirió a la denominada “Gestapo antisindical”: “Lo que se vio no me sorprendió para nada, cuando hicimos paros bajo el gobierno anterior allanaron la casa de mi hija”.
—¿Se está recuperando el salario?
—Yo creo que nosotros tenemos que buscar el equilibrio de la recuperación del salario, para que de esa forma se recupere el consumo y si se recupera el consumo va a haber recuperación de la demanda. Si se recupera la demanda, hay que producir más y esto genera puestos de trabajo. Yo no quiero que los empresarios ganen mucho en el corto plazo y que el pueblo pase hambre.
—¿Usted observa al Gobierno comprometido con ese objetivo?
—El Gobierno hace todo lo que puede. No nos olvidemos que ayudó con el ATP, con el Repro, es decir: las empresas sobrevivieron al momento difícil que significó, y significa, la pandemia que nos tocó. A los cien días de gobierno apareció la pandemia. Ahora que podemos empezar de nuevo nos invade esta mugre. Pero le tengo mucha fe al Gobierno, que siempre dice que el salario tiene que estar por encima de la inflación y se está cumpliendo, es una realidad. Nosotros estamos organizados para que eso pase.
—¿Un acuerdo con el FMI podría impactar negativamente en el crecimiento económico, con un ajuste para la clase trabajadora?
—Justamente ese es el tema: que el ajuste no lo paguen los trabajadores. Pero la deuda hay que pagarla, la contrajo el país bajo el gobierno del presidente anterior. Y esto no lo digo ahora, lo vengo diciendo desde hace rato. Cuando vas a un banco a tomar un préstamo para comprar una casa, te ponen una hipoteca, que te condiciona para que pagues. A ellos le dieron la plata políticamente y después dijeron ‘arréglate para devolverla’. Y este problema no solo afecta a este gobierno, sino al que venga, todos van a tener que cumplir con la devolución de una plata que tuvo el gobierno anterior y no sabemos en qué la gastó.
—¿Le sorprendió el video en donde se observa un presunto armado de causas judiciales contra un dirigente sindical bajo la gestión Vidal?
—No, para nada. Es el mismo gobierno que, cuando hicimos los paros, allanaron la casa de mi hija para amedrentarme a mí. Estaban buscando las cintas de las estaciones de servicio, para eso fueron a la casa de mi hija. Y cuando entraron, mi hija les dijo: pasen. Ella no sabía ni quiénes eran. Después, un policía reconoció que le daba vergüenza lo que lo mandaban a hacer, así se lo dijo. Mi opinión es que por la fuerza no se consigue nada, amedrentando tampoco. Yo vengo de las peleas entre los militares con las agrupaciones sindicales peronistas, cuando no se podían elegir delegados. Nosotros hicimos el primer paro a los militares en el 79, somos de una generación que luchó por recuperar la democracia. La recuperamos, pero también está el otro factor: vimos que la clase política no busca el equilibrio entre capital y trabajo, que es lo necesitamos.
—¿Cómo se mantiene la unidad de la CGT?
—Por lo menos de mi parte, siempre quiero la unidad, fundamentalmente, defendiendo los intereses de los trabajadores. Nos tenemos que llevar bien y trabajar juntos para cumplir los objetivos. Y el objetivo principal es recuperar el poder adquisitivo de la gente para que haya demanda, para que abran los negocios. Necesitamos un país de oportunidades para poder tener a la gente bien, que disfrute del salario.