La monja Martha Pelloni vinculó hoy al senador kirchnerista Aníbal Fernández con la trata de personas, al advertir que mientras siga en el Congreso "nada va a cambiar" en cuanto a leyes clave para combatir la explotación de mujeres en redes de prostitución.
"Cuando hablo con el senador, le pido que no hable de clientes, que hable de prostituyentes, de compradores de sexo, porque un cliente es para algo bueno", dijo la religiosa al hablar en Mar del Plata en el marco de la llamada Semana Social que organiza la Iglesia. Y, en el marco de un panel sobre Democracia, derechos humanos y nuevas esclavitudes, aseveró: "Mientras esté Aníbal Fernández como senador algunas cosas no van a cambiar".
Pelloni exhortó a estar "atentos" porque en el Congreso se están redactando "leyes engañosas", como la que pretende separar la trata de personas y la prostitución "cuando en realidad no se va a la cuestión de fondo que es la explotación de la mujer".
La religiosa, quien acompaña la iniciativa de unas 40 organizaciones sociales para crear una Red Nacional Antimafia, aludía de este modo al proyecto de Fernández para penalizar a los clientes de "prostitución de mujeres".
Las críticas de Pelloni llegan dos días después de que el papa Francisco volvió a condenar, como lo hacía en Buenos Aires, a las "mafias" de la trata, al reunirse en el Vaticano con Gustavo Vera, de la organización La Alameda.
En ese contexto, el pontífice argentino instó a decirle "basta a las mafias" de la trata para explotación sexual y laboral.
El Papa también expresó solidaridad con la víctimas de la trata de personas y manifestó su apoyo a la Red Antimafia Nacional.
La Semana Social, que cerró hoy en Mar del Plata, es organizada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, cuyo presidente, monseñor Jorge Lozano, acompaña la lucha de organizaciones contra la trata de personas para explotación sexual, a la que considera "un flagelo antiguo pero que ha crecido de manera dramática en las últimas décadas".
El prelado consideró en este sentido que hay que penalizar tanto a los "consumidores" de prostitución, por ser "cómplices" de aberrantes delitos, como a las redes internacionales que fomentan esta "actividad mafiosa".
"Son asesinos de sueños y libertades, criminales de paz familiar, pisoteadores de la dignidad humana. Depredadores de inocencia, devastadores de pureza. Castradores de amor", dijo recientemente.