Los sindicatos de la CGT que impulsan la candidatura de Daniel Scioli reafirmaron esta semana su compromiso con la campaña y se comprometieron a realizar asambleas para mejorar las posibilidades del candidato oficialista. Sin embargo, más allá de la actitud pública, hay crecientes señales de pesimismo y algunas voces –en estricto off– admiten que no se movilizará el mismo nivel de recursos que se dedicó a las dos elecciones precedentes. Algunos sectores, incluso, comenzaron a tender puentes con el macrismo; pero todos aseguran que no habrá ningún gesto público.
El sorprendente resultado de las las elecciones generales, el cegetismo oficialista lo atribuyó a la falta de una fuerte postura en el tema Ganancias y a la influencia del Gobierno en la campaña de Scioli. Le pidieron que se diferencie más, en particular, respecto de temas que afectan a los trabajadores, como el 82% móvil y el tope de Ganancias. Dos consejos que el candidato siguió.
El dirigente que más afectado quedó fue el titular de la CGT oficialista y el gremio metalúrgico, Antonio Caló. Junto a otros sindicatos, como la Unión Ferroviaria, los taxistas de Omar Viviani y los mecánicos de Smata, había pugnado por postergar el diálogo en pos de la unidad cegetista hasta las elecciones. En su propia central muchos interpretan esta postura como una especulación por los posibles beneficios que le traería una eventual victoria de Scioli.
En una reunión con empresarios del sector metalúrgico, Caló reconoció esta semana que su intención es dejar de ser el líder de la CGT oficialista y que apuesta a la reunificación con la CGT Azopardo, aunque también aclaró que en medio del escenario electoral, las aguas están divididas. Según confió a sus interlocutores, la proximidad de Hugo Moyano con Mauricio Macri es un obstáculo para definir quién quedaría al frente de una eventual CGT unificada.
En la última reunión pública por la unidad, uno de los temas en la mesa de debate fue la necesidad de que tanto Moyano como Caló den un paso al costado para iniciar un proceso de unidad que, estiman, requerirá una conducción colegiada de transición.
A horas de la elección. Moyano se mantuvo al margen de la elección, al menos en términos formales. No ofreció apoyo público a los candidatos y tampoco utilizó su partido, a pesar de que antes del cierre de listas realizó un acto político en el Luna Park. Sin embargo, en el último tramo multiplicó los gestos hacia Macri y en su entorno admiten que ayudará en el ballottage.
Unas 72 horas antes de la elección, Moyano realizará una movilización por el día del militante peronista, el 19 de noviembre. Será una muestra de fuerza para propios y ajenos. Un modo de mostrar a quien resulte electo que será una baza clave para mantener la tranquilidad social.