POLITICA
Opinión

Por qué está enojado Macri

El presidente dice que no, pero luce molesto. La salida de Regazzoni, falta de respaldo y quién decide las candidaturas.

Macri Flameno Temes
Dibujo de Temes | Pablo Temes
Mientras la lluvia riega los jardines de Olivos, el Presidente se prepara para la enésima reunión de otro día de furia en las calles. Por ahí dan vueltas Jorge Grecco (secretario de Comunicación Pública), Iván Pavlosky (vocero presidencial), Fernando De Andreis (secretario General de la Presidencia) y Gustavo Lopetegui (vicejefe de Gabinete). 

Mauricio Macri dice que no está enojado. Pero luce molesto. Responde con una mezcla de fastidio e irritación, que intenta controlar. No siempre lo logra. 

Sostiene que el relevo de Carlos Regazzoni del PAMI obedece sólo a un ciclo cumplido. Que no prevé modificaciones en el Gabinete y, sobre todo, que “no vamos a cambiar. Hay un solo camino y es éste que estamos haciendo”.

Un rictus se asoma en su rostro cansado pero sonriente cuando cae la luz del día ante la conflictividad creciente. Expresa que se siente respaldado por la gente, pese a la caída en las encuestas, pero no así por muchos dirigentes sociales, sindicales, empresariales, opositores y de la Justicia. Hace dos excepciones: gobernadores y gremialistas reformistas, como el petrolero Pereyra y el mecánico Pignanelli.

Sostiene que entiende la ansiedad de muchos por resultados socioeconómicos rápidos y a él le gustaría más que nadie que fueran veloces. Pero dice que apuesta a un desarrollo sostenible, sustentable en el tiempo, y no ficticio, como cree que fueron estos últimos años. Pone su energía en ese eje, como una obsesión, y desmerece cualquier interés electoral. “Eso les importa a ustedes, al círculo rojo. Falta mucho todavía para la campaña. Hay muchos problemas por resolver”, recita con ceño fruncido. Pero deja, como al pasar, un estiletazo, acaso con varios destinatarios, Carrió incluida: “El que decide las candidaturas soy yo”.

Consciente de las dificultades de estos tiempos, el Presidente vuelve a apuntar contra los críticos (“que ofrezcan una alternativa mejor a lo que estamos haciendo”) y algunos sectores de la Justicia, en particular contra algunos fiscales y la procuradora Gils Carbó. Allí casi bordea la indignación. Pero en seguida respira, vuelve a sonreír y desafía: “Funciono mejor con viento en contra”.