POLITICA
Marcha de la CGT

El Gobierno habla de La Pampa, la CGT mira La Matanza

La Casa Rosada habla del fin de la recesión, pero la CGT marcha contra despidos. El cambio de modelo de crecimiento, clave para entender la puja que hoy sólo tuvo su primer capítulo.

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Marcha de la CGT | Pablo Cuarterolo

"No sé de qué empleos habla Nicolás Dujovne". Así, Jorge Sola, el secretario de prensa de la CGT, rechazaba esta mañana por radio el dato que el ministro de Hacienda viene citando en entrevistas respecto de que se crearon unos 20 mil empleos en enero, en momentos en que la Confederación General del Trabajo marcha contra los despidos como una de las razones principales.

Es que el Gobierno habla del crecimiento de la producción del campo (que recibió un shock favorable de baja de impuestos y suba del dólar), de las mayores exportaciones también con el agro como protagonista, del empuje de la construcción vía obras de infraestructura y en menor medida del sector servicios. Y la central sindical está mirando la industria, que salvo por un parcial empuje de la industria automotriz que no está expuesta a Brasil, padece una mayor competencia importadora, un mercado interno reptante y no logra acomodarse a las tarifas de servicios públicos que todavía aumentan.

En términos generales, Dujovne y compañía citan datos de crecimiento interanual del 0,9% en el último trimestre del año pasado que se sostendrían incluso en este trimestre a un ritmo del 3,6% anualizado, según reveló el viceministro de Economía, Sebastián Galiani. "Pero serán con una sensación térmica mixta", asegura Eduardo Levy Yeyati, asesor de la jefatura de Gabinete, que remarca las dificultades de este proceso de crecimiento para tener impacto notorio en la generación de empleo, justo en el año de elecciones.

Dicho con otros términos: a la suave recuperación de la economía la tracciona la zona agrícola con núcleo en La Pampa, en la vanguardia productiva de materias primas, mientras ajusta el sector manufacturero en La Matanza, corazón de la provincia de Buenos Aires, donde por ejemplo se hacen 6 de cada diez pares de calzados del país siempre y cuando se frenen las importaciones. (Para los analistas políticos quedará sumar que ahí la ex presidenta Cristina Kirchner tiene casi 60% de apoyo y viven nada menos que 2,1 millones de personas).

"Carlos Menem ganó en 1995 y la desocupación había saltado al 18% tras las privatizaciones", recuerda un economista que supo trabajar con los equipos de Daniel Scioli en el Frente para la Victoria en 2015, y observa ´la viabilidad política de Cambiemos con un cambio de modelo que tiene ese impacto laboral. Pero al mismo tiempo agrega: "Entonces veníamos de la hiperinflación y se toleraba el ajuste".

Porque ahora, si fuera cierto que se vienen meses de crecimiento desigual por zonas y rubros, el problema de fondo qué hará el Gobierno con la gente que deja de trabajar en las fábricas del cordón bonaerense, que como dice Levy Yeyati tienen un margen reducido de ser absorbida por el nuevo modelo, aún capacitación mediante. Y ahí habrá siempre motivos para que la tensión de los gremios con la gestión Macri siga creciendo.

El Ministerio de Producción tiene, con Lucio Castro a la cabeza, una secretaría de Transformación Productiva, que intenta ligar empleados cesantes de empresas que cierran con otras con mayor horizonte. Algo así como conseguir que un obrero textil que queda  desempleado pueda pasar a trabajar en alguna rama vinculada con la industria del software o la tecnología. Mientras tanto, será clave la generación de empleos de servicios en "la transición", que pueden sonar a la vuelta de los taxistas y las canchas de paddle post indemnizaciones en los 90, aunque rápidamente aclaran en Gobierno que esperan más servicios de diseño, mantenimiento y distribución.


 Editor de la sección Economía del diario Perfil.