A casi dos años de la denuncia de Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la Justicia dio marcha atrás y determinó que debe investigarse la acusación del fiscal del caso AMIA. Nisman había sostenido que el gobierno kirchnerista negoció el memorandum con Irán para favorecer a los iraníes acusados del atentado.
La Cámara de Casación, máximo tribunal penal, decidió reabrir una de las causas que más preocupan a la ex mandataria y pidió que la investigación avance con “celeridad”. La decisión llegó tras meses de negociaciones, tensiones y enfrentamientos entre los miembros del tribunal. Y a sólo dos días del procesamiento de CFK por una supuesta asociación ilícita y defraudación en la distribución de la obra pública.
La reapertura de la denuncia de Nisman no sólo agudiza la situación judicial de la ex mandataria. También cala hondo en las internas de la Justicia federal y en el futuro de jueces que están en la mira del Gobierno (ver aparte). La causa materializó como ningún otro caso las divisiones dentro de los tribunales. El fiscal de la causa AMIA apareció muerto cinco días después de presentar la denuncia. Su muerte aún no fue esclarecida.
Fernández de Kirchner está acusada junto al ex canciller Héctor Timerman, y los dirigentes Luis D’Elía, Fernando Esteche y Andrés Larroque. CFK reaccionó ayer por las redes sociales y dijo: “Ahora me acusan de encubrir el atentado de la AMIA, ocurrido hace 22 años y medio. Lo único que les falta es acusarme de la muerte de Kennedy”.
Los camaristas Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Ana María Figueroa también decidieron apartar del expediente al juez federal Daniel Rafecas. Figueroa se lo comunicó al magistrado por teléfono. El tribunal consideró que al desestimar la denuncia, el juez tomó una decisión “prematura”, “parcial” y “arbitraria”. Prematura porque “la gravedad de las imputaciones dirigidas a los entonces altos funcionarios reclamaba –y aún lo hace– un examen acabado de los hechos” y “demanda una investigación diligente y exhaustiva”. Arbitraria y parcial, por haber hecho lugar a pedidos de las defensas, pero no haber realizado las medidas probatorias que había pedido el fiscal Gerardo Pollicita.
Hoy se conocerá qué juez queda a cargo del expediente (ver página 3). Los camaristas dejaron en claro que el nuevo juez no tendrá margen para volver a dar marcha atrás. No habría posibilidad de que se vuelva a desestimar la denuncia. El fiscal Pollicita, que había impulsado en 2015 la denuncia de su colega, seguirá interviniendo en la causa. Tiene una batería de medidas de prueba que podrían activarse.
En el mismo fallo, los camaristas apartaron a los jueces Eduardo Freiler y Jorge Ballesteros, miembros de la Sala I de la Cámara Federal, quienes habían avalado la decisión de Rafecas. Eso también es una pésima noticia para Fernández de Kirchner. A partir de ahora, las decisiones del futuro juez de la causa serán revisadas por los camaristas Eduardo Farah y Martín Irurzun, quienes declararon que el memorandun de entendimiento con Irán es inconstitucional.
El fallo y la causa. Fue un jueves tenso en el primer piso de los tribunales federales. Hornos, Borinsky y Figueroa mantuvieron reuniones y discusiones. Figueroa, identificada con el kirchnerismo, avaló la decisión de sus colegas pero planteó que la conducta denunciada por Nisman es “atípica”. También sostuvo que la Cámara debía apartar al Ministerio Público Fiscal. Eso implicaría que ningún fiscal podría intervenir en la causa. Solo la DAIA, que quedó como querellante. Se basó en que el fiscal de Casación Javier De Luca planteó que la causa no podía ser abierta. El voto de Figueroa quedó en minoría y su planteo no se hará efectivo.
Para poder decidir la reapertura de la denuncia de Nisman, el tribunal debía zanjar una discusión de fondo: si la DAIA, que pidió la reapartura de la causa, estaba o no habilitada para hacer ese reclamo. Los jueces consideraron que sí.
Apenas se sortee un nuevo juez, el fiscal Pollicita avanzara con las medidas que nunca pudieron hacerse. “Quizas algunas ya hayan perdido valor, pero otras están vigentes y se pueden ordenar otras”, confiaron a PERFIL fuentes de la causa. En la lista, figuraban las testimoniales de ex funcionarios como Alberto Fernández; Rafael Bielsa y Jorge Taiana; el espía Antonio Jaime Stiuso; y las funcionarias Laura Alonso y Patricia Bullrich. A la lista se sumaban periodistas y el ex secretario general y hombre fuerte de Interpol, el norteamericano Ronald Noble.
Otro de las diligencias claves son los cruces de llamados a teléfonos del poder, clave para validar la hipótesis de Nisman. Y los movimientos de las personas investigadas en los países de Irán, Siria, Suiza, Francia, Etiopía, Estados Unidos y Venezuela.