La auditoría realizada por el síndico Claudio Corizzo en marzo de 2006 no fue la única que puso al descubierto el pago de sobornos de la empresa Skanska para la ampliación de dos gasoductos. Un nuevo estudio, esta vez externo y realizado cuatro meses después del primero por la consultora internacional Control Risks, logró detectar las mismas irregularidades.
En manos del juez que investiga el caso, el penal tributario Javier López Biscayart, la auditoría confirma las conclusiones del trabajo realizado por Corizzo.
Además, agrega nuevas acusaciones de quien en aquel momento se desempeñaba como gerente administrativo-financiero de la compañía, José Alonso, que apuntan a actos de corrupción en obras del exterior, según publicó La Nación.
Alonso aseguró a los auditores que había sospechas de irregularidades en contratos realizados en Brasil, Perú, Chile, entre otros países. Puntualmente, se aludió al "proyecto de líneas de transmisión de Santa María", en Brasil, una operación de 100 millones de dólares.
Alonso relató que el entonces gerente comercial Javier Azcárate, quien admitió los sobornos durante la auditoría de Corizzo, develó que en la obra de Brasil se habían pagado 10 millones de dólares de coimas.
Esta vez Azcarate, uno de los siete ejecutivos que la empresa despidió en junio de 2006 y que se encuentra procesado, no quiso detallar las irregularidades porque advirtió que no toleraría el hostigamiento de la compañía.