Tal como adelantó PERFIL, el congelamiento de precios de los combustibles que está vigente desde agosto trajo aparejados algunos conflictos en el abastecimiento. Fuentes del sector aseguraron que petroleras de marca propia aumentaron por encima del 5% los precios que ya estaban pactados.
La demanda se sobrecargó sobre YPF, lo que hizo que, en casos, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, las estaciones se quedaran sin combustibles.
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En agosto, a pocos días de anunciarse el congelamiento de precios que rige hasta el 31 de octubre, operadores y representantes de la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha) habían advertido a PERFIL sobre la posibilidad de que esto sucediera.
En ese momento autoridades de Cecha definieron el acuerdo como “un mazazo que atenta directamente contra nuestra rentabilidad” y aseguraron que “cuando los precios van por debajo de lo que debería estar en pizarra, las petroleras nos imponen cupos, y entonces aparece el desabastecimiento”, una situación que parece estar sucediendo dos meses después. Si las compañías petroleras empiezan a entregar menos combustible porque “no les dan los números”, se produce “una distorsión general en el mercado”.
Esta semana, Cecha emitió un comunicado en el que explicó que el sistema de Precios Justos dispuesto por el Gobierno “pone en serio riesgo la supervivencia de todo el sector” y detalló que “más allá de la baja en los plazos para la acreditación de tarjetas de crédito y los incentivos dados por YPF a su red, estas medidas no resultan suficientes para encauzar el mercado” que presenta “un insostenible estrés operativo”.
Representantes de este sector habían asegurado a este medio que, debido al acuerdo, las compañías iban a entregar menos producto “porque no les cierran los números” y que los congelamientos nunca fueron útiles. “Este modelo ya existió, y entre 2005 y 2015 dejó 2.500 estaciones de servicio menos”, explicaron entonces los operadores.
En el último comunicado Cecha advirtió además que “el aumento de los precios internacionales del petróleo, que encarece las importaciones a pérdida de combustibles, hace que las petroleras tiendan a abastecer preferentemente su demanda”.
“El barril de petróleo subió un 17% en julio, un 3% en agosto y otro 3% en septiembre”, explicó Juan Pablo Scasserra, Head de Banca Internacional HSBC Argentina, en el Ciclo de Finanzas y Comercio Exterior BritCham Argentina. Con esto, en los últimos tres meses, el barril subió un 23%, mientras los precios del combustible se congelaron después de subir 12,5% en agosto.
Scassera advirtió que la reciente guerra en Israel podría tener consecuencias sobre el precio del petróleo y sobre los índices de inflación en todos los países del mundo.
En el comunicado la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos agregó que “a esto hay que sumarle la estrechez de reservas en el BCRA para hacer frente a la adquisición del producto por parte de las petroleras; y el incremento de los precios en el mercado mayorista de combustibles, que tensiona la demanda en las estaciones retail de todas las banderas”.
Explicaron también “que esta situación se va precipitando en escasez, lo que pone en situación de supervivencia a las estaciones de servicio”.
Las petroleras vienen insistiendo desde principios de año en que los aumentos que se fueron dando acumulan un porcentaje menor al de la inflación general, que en lo que va del año fue del 103,2%.
Sin embargo, y a pesar de la estampida del dólar blue, el acuerdo para congelar los precios se mantiene, aunque fuentes del sector no descartan que, según los resultados de las elecciones del 22 de octubre, pueda producirse una fuerte presión de las petroleras por una suba mucho mayor que la que se aplicó hasta ahora.
