El titular del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Miguel de Godoy, le avisó al resto del directorio que antes de fin de año iban a volver a reunirse. Les aseguró que era porque los quería mucho y deseaba volver a verlos cerca de las fiestas. Detrás de la humorada, el motivo real es que para entonces espera tener el decreto listo. Desde la pulseada judicial por la Ley de Medios que una iniciativa no disparaba semejante cantidad de presiones en torno al negocio de las comunicaciones.
Para justificar la decisión, a pocos metros del despacho del presidente Mauricio Macri se repitieron esta semana los argumentos que levanta el Grupo Clarín: que a las telefónicas el pliego les prohibía dar servicios móviles, pero en los 90 el Estado les cedió en forma gratuita la banda de 850 Mhz y así se tranformaron en operadoras de celulares y que la licitación kirchnerista del 4G buscó dejar afuera a nuevos operadores.
En cambio, las empresas de telefonía sostienen que Nextel se quedará con las licencias a un precio menor de mercado y que luego podría venderlas a uno superior. La amenaza encubierta es una denuncia por estafa. Durante el kirchnerismo, las telefónicas pagaron unos 1.500 millones de dólares para operar 4G. Clarín se abstuvo. Y luego eligió el camino de comprar empresas con frecuencias a través de Nextel. En Cablevisión aseguran que terminarán por pagar más que las telefónicas porque la frecuencia de 2,5 Ghz exige un costo superior de inversión.
El juego de mostrarse los dientes busca fortalecer la posición, pero las negociaciones siguen abiertas. “Ya llevamos gastados 320 millones de dólares y tenemos previstos 500 millones más para ponerlo en marcha. Estas inversiones están demoradas hace seis meses porque no podemos usar las frecuencias que compramos. Desde el principio dijeron que querían un cuarto operador, gastamos mucha plata en eso, no pedimos espectro gratis ni beneficios especiales. Y seguimos esperando un mero trámite administrativo”, enfatizó Carlos Moltini, titular de Cablevisión.
En Telefónica creen que una competencia justa debería permitirles dar televisión por cable desde el 1 de enero. El Gobierno promovió desde su llegada la incursión de Clarín como cuarto operador de celulares junto a Claro, Movistar (Telefónica) y Personal (Telecom). Pero Clarín también es dueño de una parte de Telecom con el magnate mexicano David Martínez. Un entendimiento entre ambos volvería a dejar el mercado en manos de tres operadores.
En los planes de Clarín aparece una estrategia regional. Hasta ahora siempre se mantuvo dentro de los límites de la Argentina. La disputa con Telefónica podría ser la antesala.
El Gobierno relativiza los peligros de la concentración con su doctrina virtual. El ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, la hizo explícita cuando aseguró que “es un mito” la concentración de medios porque “la gente se comunica por las redes”. El experto en medios Martín Becerra le contestó con una ironía: le ofreció su contraseña en Twitter a cambio de la licencia de Telefe. Hasta el cierre de esta edición, el ministro no había aceptado.