POLITICA
INMUNIDAD O CORTE SUPREMA?

Un choque complica al embajador suizo

Un automóvil de la embajada, conducido por el esposo del diplomático, embistió a un chico de 14 años.

Enfrentados. "Mi pareja paró inmediatamente", dice el diplomático (izquierda). "Lo siguió un taxista", contrapone la madre.
| Cedoc

El automóvil lo hizo volar por el aire y el portero que presenció el choque asegura que la mochila de la escuela fue salvadora porque amortiguó el golpe de la nuca cuando Matías Fernicola, de 14 años, aterrizó en el piso. Y hubiera quedado como un choque más de la treintena que cada día se producen en la Ciudad de Buenos Aires si no fuera porque con el paso de los días se transformó en un entuerto diplomático con las cancillerías de Suiza y Argentina de por medio, y con la Procuración General obligada a decidir si el juicio lo debe resolver la misma Corte Suprema de la Nación.

Eran cerca de las 7.30 de la mañana del 11 de junio cuando el Volkswagen Suran golpeó contra Matías Fernicola en el momento en que cruzaba la avenida Santa Fe rumbo a la escuela. “Un taxista siguió al conductor para que se detuviera, cuando bajó estaba totalmente ebrio”, reconstruye María Angélica Otero, la madre del chico atropellado. La primera particularidad del incidente fue que el auto tenía patente diplomática: estaba registrado a nombre de la embajada de Suiza en la Argentina. Lo conducía Otoniel Miranda De Alvarenga, un joven brasilero de 28 años.

Sergio Sileo, un testigo convocado por la policía en el momento del choque, declaró en la Comisaría 21ª que cuando llegó encontró al chico sentado junto a su madre. El acta policíal también advierte que cuando a Miranda De Alvarenga se le leyeron sus derechos “presentaba aliento etílico”. “Le insistí mucho a la policía para que le hicieran un control de alcoholemia, pero me decían que no me preocupara, que me subiera a la ambulancia con mi hijo”, rememora la madre. Los médicos del SAME, según registró también el acta policial, diagnosticaron “traumatismo en tórax y pierna izquierda” y se llevaron a Matías Fernicola al hospital Fernández.

El episodio escaló definitivamente a otro nivel cuando al lugar llegó el embajador de Suiza en la Argentina, Johannes Matyassy y aclaró que quien conducía el automóvil era su esposo. “Mi pareja paró inmediatamente y me llamó, llegué y había policías, había dudas acerca de cómo proceder porque había un automóvil diplomático involucrado, entonces llamé a ceremonial, a un número de urgencia que tenemos, y el personal tomó en sus manos la situación, llamaron a la más alta autoridad de la comisaría, le explicaron cómo había que proceder y la policía siguió luego las instrucciones”, contesta el embajador al reconstruir aquella mañana de otoño.

En pocas horas, los ministerios de Relaciones Exteriores de Argentina y Suiza estuvieron al tanto de lo ocurrido.
Ahora, la Justicia se encuentra en una disyuntiva: ¿rigen las leyes de la inmunidad diplomática o se debe tramitar con un proceso ordinario? El dilema debe resolverlo la Procuración General de la Nación, a cargo de Alejandra Gils Carbó. Si se toma como un caso diplomático, la causa pasará a manos de la Corte Suprema de Justicia. Si interpreta que es un proceso tradicional y que el esposo del embajador no es un representante diplomático, volverá a la justicia penal.

La familia del chico atropellado reclama un resarcimiento económico. Hubo una oferta pero fue rechazada. “Era ofensiva”, califica el abogado Jorge Kirzenbaum. “Tengo la conciencia ciento por ciento tranquila”, contrapone el embajador. “La Embajada de Suiza; mi pareja, Otoniel Miranda de Alvarenga, con quien estoy legalmente casado; la Cancillería argentina; el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suiza; el abogado de confianza de la embajada y yo siempre actuamos rápidamente, correctamente y con buena disposición. Pero insistimos en que hay que aplicar las reglas que valen por un caso con un coche diplomático y un familiar de un diplomático”, insiste.

El embajador rechazó la invitación para ir a una mediación. Si se presentaba, la Justicia podía interpretar que renunciaba a su inmunidad. “Mi esposo es discapacitado, tengo tres hijos, tuve que dejar mi trabajo, el embajador nunca se hizo cargo de nada”, sostiene la madre. Las cancillerías de ambos países, que últimamente tuvieron un intercambio activo por las denuncias por supuesto lavado de dinero, esperan la resolución del proceso judicial.