Horacio Verbitsky reavivó la controversia sobre la actuación del papa Francisco durante la última dictadura militar. Es que, contrariamente a lo expresado por Adolfo Pérez Esquivel y Graciela Fernández Meijide, para el periodista de Página/12, Jorge Bergoglio estaba al tanto de violaciones a los derechos humanos que luego dijo desconocer.
La polémica gira principalmente en torno al sacerdote Orlando Yorio, secuestrado y torturado durante cinco meses en 1976, aunque luego no-desaparecido. Según el libro El silencio, publicado por el periodista en 2005, Bergoglio habría quitado, en su rol de provincial de los jesuitas en Argentina, la licencia eclesiástica a Yorio y a Francisco Jalics, otro cura torturado, lo cual lo vincularía con su secuestro.
"Al declarar por escrito en la causa de la ESMA, por el secuestro de Yorio y del también jesuita Francisco Jalics, Bergoglio dijo que en el archivo episcopal no había documentos sobre los detenidos-desaparecidos", escribió hoy Verbitsky en Página/12. Pero quien lo sucedió, su actual presidente, José Arancedo, envió a la jueza Martina Forns copia del documento sobre la reunión del dictador Videla con los obispos Raúl Primatesta, Juan Aramburu y Vicente Zazpe, en la que hablaron con extraordinaria franqueza sobre decir o no decir que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados, porque Videla quería proteger a quienes los mataron", completó.
Verbitsky también vinculó al sumo pontífice con un caso de apropiación de hijos de desaparecidos, que Bergoglio, según su versión, sólo conoció tras la llegada de la democracia. "El Tribunal Oral Federal 6, que juzgó el plan sistemático de apropiación de hijos de detenidos-desaparecidos, recibió documentos que indican que ya en 1979 Bergoglio estaba bien al tanto", agregó.
"En la Silla Apostólica no se sentará un verdadero franciscano sino un jesuita que se hará llamar Francisco, como el pobrecito de Asís. Su biografía es la de un populista conservador, como lo fueron Pío XII y Juan Pablo II: inflexibles en cuestiones doctrinarias pero con una apertura hacia el mundo, y sobre todo, hacia las masas desposeídas", consideró el periodista sobre nuevo Papa, que "intentó unificar la oposición contra el primer gobierno que en muchos años adoptó una política favorable a esos sectores".
"No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura. Hubo obispos que fueron cómplices, pero Bergoglio no", fue la respuesta tajante de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980. "A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", abundó.
Su versión fue respaldada por Graciela Fernández Meijide, exintegrante de la CONADEP: "No tengo ningún dato, que lo relacione con una cuestión de colaboración con la dictadura. Para nada. Sé por Alicia Olivera (que pertenecía a la JP), que en algún momento me lo comentó, que según ella, Bergoglio ayudaba a gente a salir del país", dijo al canal de noticias TN.