De lograr una victoria, no sólo sería un símbolo inequívoco para la Casa Rosada de un triunfo de Cambiemos sino que lograría una victoria para los estudiosos de la opinión pública: la transferencia y el efecto arrastre, históricamente muy complicado de lograr, de su figura a los candidatos. En particular al G5, el pool de candidatos que encabezaron Esteban Bullrich, como senador, y Graciela Ocaña, como diputada.
Pero no sólo eso: Vidal se juega la posibilidad de construir gobernabilidad para sus próximos dos años de mandato y, acaso, para otros cuatro más. Una idea que Jaime Duran Barba viene planteando: crear una nueva hegemonía en territorio bonaerense, similar a la que supo construir Mauricio Macri en la Ciudad, y que le permitió ganar todas las elecciones desde 2005. “Es la hegemonía del hacer”, lo resume uno de los vidalistas. “El estar, es decir, la construcción de la cercanía, ya es un sello de la gestión y de María Eugenia, ahora en esta elección necesitamos un triunfo para consolidarlo”, resume. En otras palabras: el refuerzo simbólico de que el PJ bonaerense, que no perdía desde 1987 cuando Vidal llegó al poder, tiene una contrapartida.
Por añadidura, la gobernadora se consolidará como la líder política indiscutida de la Provincia. “Siempre bajo la conducción del presidente”, acotan cerca de ella. Los dos Edipos no resueltos de la gobernadora: su padre José Luis y Mauricio Macri.Descansada (la suspensión de los últimos actos por el caso Maldonado la obligaron a bajar la intensidad de la campaña) y de buen humor, hoy tiene pensado ir a votar cerca de las 10 en una escuela de Morón y luego acompañará a su hija mayor, Camila (16), a que sufrague en otro colegio. Al mediodía la estarán esperando sus padres en la casa de Haedo donde terminó su carrera universitaria para almorzar en familia. Pasadas las 20 llegará al complejo de Costa Salguero con su familia y su bella mejor amiga.
Su equipo más cercano, liderado por el jefe de la campaña, Federico Salvai, y la “mesa chica” con Fabián Perechodnik (secretario General), Federico Suárez (Comunicación), Mariano “el turco” Mohadeb (Medios), la mantendrán al tanto del clima electoral y los datos que surjan. A ellos se suelen sumar el diputado provincial Manuel Mosca (marido de Gladys González, la candidata a senadora), y el subsecretario de Asuntos Municipales (además candidato a concejal en San Fernando), Alex Campbell.
Paralelamente, el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, armó una suerte de búnker paralelo para intercambiar datos vinculados a cualquier irregularidad en los comicios. Además, los ministros bonaerenses estarán repartidos por las ocho secciones electorales colaborando con los candidatos y los intendentes locales. Por caso, Gustavo Ferrari (Justicia) en la sexta, cuya cabecera es Bahía Blanca, o Marcelo Villegas (Trabajo) en la séptima.