Después de semanas de relativa calma en el Congreso, este jueves volvió la tensión política al Senado, cuando la oposición primero no dio los votos para tratar sobre tablas dos proyectos, incluida la ley de alquileres, y luego se desconectó y se retiró de la sesión virtual. En medio de chicanas cruzadas, la movida sirvió también para medirse fuerzas y saber qué margen tiene el oficialismo para generar grietas en la oposición y alcanzar los siempre preciados dos tercios para avanzar con determinadas iniciativas.
“Ay, va a ser un día difícil”, se le escuchó decir a Cristina Kirchner cuando recién habían transcurrido pocos minutos de una sesión que arrancó con complicaciones tecnológicas por una senadora que no podía conectarse al sistema. El día difícil, sin embargo, ya se anticipaba en la previa, pero no por los problemas de conectividad sino por la discusión política que se avecinaba.
La oposición bloqueó el tratamiento de la Ley de Alquileres en el Senado
Hasta ahora, las dos sesiones anteriores del Senado fueron con temas consensuados vinculados a la pandemia. Esta vez, el oficialismo buscó incluir temas de debate que, según los argumentos opositores, no correspondían a esa temática por lo que no se podían tratar a través del mecanismo virtual. Primero, el Frente de Todos propuso incorporar al debate el proyecto de Ley de Alquileres y el de Educación a distancia, que habían obtenido dictamen el día anterior, por lo que no tenían los siete días reglamentarios para llevarlo al recinto. Ese plazo muchas veces se ha acortado, pero siempre con acuerdo político.
¿Estas dos leyes no tenían acuerdo? Sí, de hecho salieron con amplio apoyo de las comisiones, pero para la oposición fue la oportunidad de salir a jugar políticamente y plantarse frente al kirchnerismo. “La derrota que tuvieron hoy está muy vinculada a una señal sobre Rafecas y sobre el cambio que quieren hacer con la Corte Suprema”, interpretaron fuentes del interbloque de Juntos por el Cambio. Es que para imponer a Daniel Rafecas como Procurador General, cargo para el que fue nominado por Alberto Fernández, se necesitan dos tercios de los votos en el Senado. En esta votación, el Frente de Todos consiguió 42 votos, contra 29 negativos. Con 25 senadores votando juntos, la oposición sabe que puede bloquear los temas que requieren mayorías especiales. “29 votos bloqueando es un efecto político importante”, razonaba minutos después un dirigente del radicalismo que se comunicó con Luis Naidenoff y Martín Lousteau para celebrar que hayan podido mantener la unidad opositora.
“Es lamentable, le están dando la espalda a millones de inquilinos”, despotricaban desde el kirchnerismo después de la desconexión opositora. El jefe de la bancada, José Mayans, tomó la palabra al retomar la sesión y disparó: "Esta es la actitud de irresponsabilidad: son minoría absoluta por decisión del pueblo argentino y si no hacemos lo que ellos quieren se levantan y se retiran". "Nueve millones de argentinos están preocupados por los alquileres y por la ley de alquileres y por capricho estos señores deciden no darnos los dos tercios. Buenos, somos respetuosos del reglamento, pero vamos a seguir con la sesión como corresponde", concluyó.
Los radicales y el espionaje: entre el silencio, la desconfianza y la "opereta K"
La sesión continuó con el otro tema central de debate: una serie de DNU que el Congreso debía aprobar, incluyendo dos firmados por Mauricio Macri y nunca tratados en el recinto. Uno de ellos fue el que traspasó el área de escuchas telefónicas a la órbita de la Corte Suprema. Por esa razón, según la oposición, había temas que no estaban vinculados a la pandemia, “que es para lo único que están habilitadas estas sesiones”.
“No estamos dispuestos a que se aparten del reglamento con las cosas complejas que están pasando”, lanzó Naidenoff al anticipar que se retiraban. “El oficialismo en el Senado se asemeja a la orquesta del Titanic. En el contexto de emergencia absoluta no estamos para convalidar la música que está tocando”, agregó.
Minutos antes, la senadora oficialista Anabel Fernández Sagasti ya se anticipaba a la inminente retirada y les había apuntado a los opositores por el DNU de las escuchas: “Esperaba que la oposición estuviera a la altura de las circunstancias”. “La democracia les da la oportunidad de saldar el desastre vergonzoso que hicieron con el sistema de libertades e intimidad de la república Argentina. Tenía esa esperanza”, disparó. Y aseguró que no iban a dejar de avanzar con su agenda al remarcar que “estamos en medio de una pandemia, pero no por eso vamos a dejar de hacer lo que vinimos a hacer”.
Desde el peronismo no oficialista, Juan Carlos Romero también apuntó al oficialismo. “Es cierto que estamos ante un enemigo invisible, pero también el plan económico es invisible”, expresó el salteño que juega cerca de Juntos por el Cambio. “Con esta actitud no vamos a tener una curva aplanada de enfrentamiento”, analizó.
Con los casos de Covid-19 en franco ascenso y la crisis económica profundizándose, el panorama en el Senado empieza a retomar los tonos de grieta habituales. Los debates acalorados prometen volver a ser moneda corriente. Aunque a veces la tecnología y las conexiones jueguen en contra, como en el encendido final del discurso de Naidenoff, que no se pudo escuchar. “Senador, no se le escuchó el final. ¿Quiere agregar algo más?”, preguntó Cristina. Ya era tarde, los opositores cerraban sus sesiones y Lousteau, el único presente en el recinto, se estaba retirando. “Ah, se desconectaron. Bueno”. Y siguió la sesión.
GZ / DS