Desde Río Gallegos
Alicia Kirchner fue empujada por el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, a aceptar la candidatura a gobernadora por Santa Cruz con el argumento de que su figura era la única con posibilidades de perforar el techo de intención de voto que tiene el kirchnerismo en la provincia. El dato es real, pero su objetivo era más egoísta: en una jugada de ajedrez, buscó sacarse de encima a la cuñada presidencial porque creía firmemente que podía ser la compañera de fórmula de Daniel Scioli. Así lo reconocieron allegados a la ministra, cuya candidatura todavía debe ser ratificada en el contexto de una provincia sacudida por conflictos gremiales. La jugada de Zannini podría convertirse en una trampa para la cuñada presidencial.
Mala relación. “Ella y él nunca se llevaron muy bien”, confesó una fuente cercana a la ministra de Desarrollo Social. Pese a que se conocen desde hace décadas, de cuando los Kirchner tomaron el poder en Río Gallegos, nunca se los vio juntos en actividades –a excepción de la cadena nacional del jueves– ni por los pasillos
de la Casa Rosada.
¿Cómo jugó el deseo de Cristina en este conflicto de intereses? Los hechos demuestran que se inclinó por Zannini, el arquitecto jurídico del proyecto oficialista y su hombre de mayor confianza.
Alicia comentó a su círculo íntimo el mismo día del cierre de listas que iría por la gobernación. Lo confirmó hace una semana en una reunión ampliada en el Ministerio. Ese mismo día trascendió que había sido Zannini el encargado de acercarle la propuesta. Sin embargo, su candidatura aún no es un hecho, más allá de que la anunció Máximo Kirchner. Espera una definición de la Justicia electoral para ver si puede presentarse en Santa Cruz (su última residencia fue en San Pedro, provincia de Buenos Aires). Y aguarda también la autorización judicial para la ley de lemas que impulsa el kirchnerismo.
Contexto. Alicia se dispone a una contienda con un escenario desfavorable. La renuncia del intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín, en pleno paro por tiempo indeterminado de los municipales, mantiene hoy a la capital provincial convulsionada y llena de basura por la falta de recolección de residuos. Deberá competir, además, en ley de lemas –si es que se autoriza– con el actual gobernador Daniel Peralta. En su entorno están confiados. “Alicia genera en la gente una cuestión de mucho afecto en sus recorridas”, explicó una fuente cercana a ella.
El rival a vencer será, además del interno, el radical Eduardo Costa. En 2013, Costa, de extracción radical, ganó las elecciones provinciales. Pero si hay ley de lemas, aunque sea el candidato más votado individualmente,podría quedar fuera de competencia.
Alicia ya modificó su rutina, pasa cuatro de los siete días de la semana en Gallegos. Y empezó a recorrer tanto la capital provincial como el interior de la provincia. La semana pasada estuvo en la localidad de Las Heras. Antes de la cadena nacional de Cristina Kirchner del jueves estuvo con Rocío García (la pareja de Máximo). El día de la cadena nacional, rompiendo con su bajo perfil, se bajó de la combi que la trasladaba para saludar a la gente en la calle. Alicia todavía no confirmó oficialmente su candidatura. Sí lo hizo Kolina, la agrupación que conduce.
Ayer, Máximo, en declaraciones a Tiempo FM, dijo que “seguramente” será candidata, pero tampoco lo confirmó.
Sobre su compañero de fórmula, una posibilidad es que sea Javier Belloni, el intendente de El Calafate. El kirchnerismo afronta varios problemas en las dos principales ciudades de Santa Cruz. Una es la capital provincial. La otra es Caleta Olivia. El año pasado, esa localidad estuvo cien días sin agua.
Alicia podría renunciar al Ministerio de Desarrollo Social al terminar las PASO nacionales, para hacer campaña de lleno. Para su eventual gestión, tiene un grupo de trabajo local. Es decir que no transportará su gabinete nacional a la provincia de Santa Cruz.