La serie Vikingos tiene una gran cantidad de fanáticos en la Argentina. Y las historias de los dos compatriotas que participaron en la sexta temporada de la serie generó sorpresa y entusiasmo. Tanto Hernán Maschwitz, nacido en Buenos Aires, como Fabricio Lucero, de San Luis, fueron seleccionados para formar parte de los extras y vivieron una experiencia que ninguno olvidará.
Sin embargo, Hernán y Fabricio no se conocían entre sí. Fue una casualidad que ambos quedaran en Vikingos y se encontraran en el set de filmación. “Yo fui el primer día con una amiga. Ese día era para probar y había que hacer unos entrenamientos. El resto eran todos irlandeses, el único argentino era Fabricio y enseguida pegamos onda”, explica Maschwitz a PERFIL.
Ese primer día, los argentinos pudieron hablar un poco pero no mucho más. Ambos estaban en Dublín pero recién volvieron a verse cuando siguieron con los entrenamientos y comenzaron a filmar. “Nos empezamos a llevar mejor y a salir juntos como amigos en Irlanda”, continúa Maschwitz con el relato. Y agrega con respecto a eso: “Después Fabricio se fue a Australia y no nos volvimos a ver. Igual seguimos en contacto. Hablamos por Instagram y ahora que la serie volvió charlamos sobre eso. Definitivamente es un pibe que si me voy para Australia lo voy a visitar”.
De Buenos Aires a Vikingos
Hernán Maschwitz nació en Buenos Aires y antes de irse a Dublín trabajaba como Ingeniero de Software. Por su profesión, participó de una búsqueda laboral para Amazon en Irlanda y al conseguir el puesto se fue a vivir a ese país. Ya instalado, un amigo le contó que estaban buscando personas para Vikingos y como es una de sus preferidas no dudó en asistir a los castings.
Fue a Dublín como Ingeniero y terminó en Vikings
“Nunca había hecho nada de actuación así que inventé que había estado en publicidades en Argentina (risas)”, contó Hernán a PERFIL. “Estuve con Alex Høgh Andersen, que hace de Ivar, en varias escenas. Un pibe muy buena onda. No pude charlar mucho con él porque los pibes están muy a full. Terminan una escena, se meten a una carpa a cambiarse y salen para hacer otra. Pero sí en un momento que lo vi medio libre me acerqué y le pedí una foto. Los irlandeses me miraban medio raro porque a ellos ni se les hubiera ocurrido acercarse a pedirles una foto, pero yo no tuve mucho problema”.
De San Luis a Vikingos
Por su parte, Fabricio Lucero nació en San Luis. Luego de recibirse de abogado en la Universidad de Córdoba, quiso mejorar su inglés y por eso viajó a Irlanda. Sin siquiera saber de la existencia de Hernán, él también se enteró de que buscaban personas para la serie. “Antes de viajar, busqué trabajos desde Argentina acordes a mi nivel de ese idioma. Justo vi que se filmaba allá Vikingos, que es una de mis series favoritas y que siempre miraba con mi hermano, y que de vez en cuando necesitaban extras así que apliqué, fui al casting y quedé", señaló a este medio.
Nació en San Luis, fue a Dublín a estudiar inglés y terminó en Vikingos
Para el casting preparó unas fotos con un arco y flecha que tenía un amigo en la casa. A los encargados del casting le gustó su perfil y lo llamaron para participar. En la serie estoy en la temporada seis parte B. Pero en realidad estuve en toda la temporada. Primero fui soldado ruso y después uno de los guardaespaldas del rey de Wessex. Ahí, como estaba al lado del rey, veía muchísimas escenas de cerca o iba a grabar días en que los extras éramos muy pocos. La experiencia fue increíble”, recuerda el puntano.
Lo mejor de Vikingos
Tanto Hernán como Fabricio coinciden en que quedaron sorprendidos por el nivel de producción necesario para filmar las escenas. “Yo no tenía ni idea de cómo se hacían las cosas. Pensaba que era todo pantalla verde, pero ahí vi que no es así. Hay muchísima gente trabajando, paneles que usan para tapar el sol y manejar la luz, máquinas por todos lados y más cosas así”, cuenta el nacido en Buenos Aires. Mientras que el oriundo de San Luis también destaca todo el trabajo que rodea a la serie: “Todo lo que es el maquillaje, los vestuarios, el set de filmación, los lugares que visitamos, como hacen los efectos especiales, todo. Me sorprendía mucho la cantidad de personas que hay detrás de cada escena. A veces se tardaban horas en filmar algo que después son segundos o un minuto de un episodio. Lo mismo con la gente de producción que de repente montaba un pueblo en medio de la nada de un día para otro”.
Para Hernán, la experiencia fue muy buena pero sabe que su trabajo está en otra parte. "Yo sabía que era algo temporal. De hecho tuve que tomarme vacaciones en el trabajo para poder hacerlo. Volvería a hacerlo porque la experiencia fue increíble y me divirtió mucho. Pero nunca se me ocurrió plantearmelo como una opción para cambiar de carrera”, explica a PERFIL. Para Fabricio, la situación es distinta. Incluso en Australia, donde vive actualmente, ganó media beca para estudiar actuación en una institución profesional. “Fue algo que siempre me llamó la atención. A veces llegaba muy cansado a las clases después de trabajar pero sentí que aprendí bastante y fue divertido. Después con el tema del coronavirus se frenó todo pero si surge alguna oportunidad linda, ¿por qué no?”.