Bartolomé Mitre había dejado todo preparado para que la sucesión se realizara como se debe. Con discreción y en caso de diferencias entre los deudos, la cuestión se tratara siempre puertas adentro. Y durante los poco más de tres meses posteriores a su muerte parecía que la división de la herencia seguiría ese camino. Pero “pasaron cosas” que reactivaron otras casi atávicas, comunes a todas las familias numerosas. Emocionalidades que no reconocen prosapia, abolengo, clase social ni educación.
Bartolomé Mitre murió el 25 de marzo de 2020 y había puesto un albacea, Mariano Galiardo, para que manejara la herencia a repartir entre los seis herederos directos. Esto es, Dolores, Bartolomé y Rosarios, que son los hijos que tuvo con su primera mujer, Dolores González Alzaga; Esmeralda, que tuvo con su segunda mujer, Blanca Isabel Alvarez de Toledo; y Santos, el menor, que tuvo con su última esposa, Nequi Galotti. Pero el miércoles último, quedó al desnudo que no hubo albacea que valga, y tres abogados pasaron a hacerse cargo de defender los interéses de los tres bloques familiares: el de los hijos mayores, el de Esmeralda, y el de su viuda y su hijo menor.
NO ES LA FORMA, SINO EL MODO DE MANEJAR LA SUCESION
“Traté de ir por las buenas, pero cuando la gente quiere guerra…”, dijo Esmeralda Mitre en una entrevista con el programa Confrontados el miércoles último. En su caso, “la gente” a la que se refería son Bartolo (h), Rosario y Dolores. “Si me enfrente a la DAIA y me fue bien, la verdad es que nos les tengo miedo. Me están traicionando. Voy a defender a mi hermanito (Santos), a Nequi (Galotti) que se está portando muy bien, y principalmente a mí. No me asusta. Me duele nomás.”
Esmeralda Mitre dijo que sus hermanos mayores, Dolores, Bartolo y Rosario, la traicionaron.
El punto central del conflicto con sus tres hermanos mayores fue, según detalló Esmeralda Mitre, que abrieron la sucesión sin avisarle y en feria judicial. Esto es totalmente legal, la cuestión que la afectó es que no le dijeran nada. También es cierto -y legal- que ellos abrieron cuenta en Banco Nación para que allí se giren todo lo relacionado a la cosecha del campo y demás. Esto antes se giraba a una cuenta que estaba a nombre de Bartolomé (padre) y Nequi Galotti. Cuestiones que quizá por el modo -no avisar al resto de los deudos-, no por las formas -porque lo hecho es legal-, hicieron aflorar otras emocionalidades antes anestesiadas porque la salud del patriarca era la prioridad.
LAS ACCIONES DEL GRUPO LA NACION
A la situación mencionada se suma otra, quizá más importante, y es “cuál es la verdadera herencia” que dejó Bartolomé Mitre a sus seis deudos. Los abogados de las partes se venían reuniendo por Zoom -algo que seguro se modificará a partir de esta semana-, para que las diferencias entre ellos no minen la resolución de todo esto más de lo previsto. Sobre todo porque lo que sí está llevando tiempo hacer un “inventario” de todo lo que hay a repartir, separar lo que es bien ganancial, de lo que no lo es, y buscar bien todo lo demás dado que el fallecido Mitre era hermético con algunas cosas. En líneas generales, hay un campo de unas 160 hectáreas -mitad a nombre de Mitre y mitad a nombre de una sociedad-, otras terrenos y propiedades, bienes muebles de los que no hay inventario, otros valores, y algunas deudas también. Y también las acciones de Grupo La Nación: son un poco más del 30 por ciento a dividir sólo entre los cinco hijos. Obviamente, en bloque tiene un peso muy distinto a si, los enconos que hoy afloraron, fagocitan ese poder. Y mucho más si alguno decide vender las acciones, un escenario que ya los Mitre protagonizaron cuando Luis Emilio Mitre -hermano de Bartolomé y asesinado el 2 de enero de 2006-, vendió las suyas habilitando así que la familia Saguier "se hiciera con el poder" en La Nación. Una situación considerada como una "traición" para la familia.
Bartolomé Mitre murió el 25 de marzo de 2020 y su familia fue fundadora de La Nación.
"SE VAN A TENER QUE SENTAR A NEGOCIAR CONMIGO"
Esmeralda Mitre ya anticipó cuál es su idea respecto a este punto. “Primero tenemos que solucionar todo esto (la sucesión). Y luego por supuesto, entrar al lugar que heredamos”, dijo. “Nos tenemos que hacer cargo. Las acciones que tiene mi padre son diferentes tipos de acciones, como si fueran diferentes bonos. Y por las acciones que él tiene, elige director y director suplente. Yo no me voy a autonominar pero lo que sí se es que me voy a poner los pies dentro del diario. Yo no estoy enferma ni cansada como mi padre. Así que los accionistas del diario se van a tener que sentar a negocia conmigo. Yo no soy moco de pavo. Es lo que yo heredo y me tengo que hacer cargo. Las cosas cambiarán. El poder se va a distribuir como se debe y las negociaciones serán por fin justas e inteligentes.
Diferencias al margen, los Mitre y los Saguier, son hipermacristas. También de larretistas.
EL DIARIO Y LA TEORIA DEL APELLIDO ILUSTRE
Como parte del mito que rodea a ciertos grupos de poder, en el caso de La Nación dicen que “la teoría es que sin el nombre ‘Mitre’ el diario se termina”. La evolución de las fortunas en el mundo y en la Argentina, por supuesto, mitos y teorías se reformulan. Por caso, en Grupo Clarín el apellido Noble está en el mármol, hoy sobresale Magnetto y se está formando a su sucesor. Amalita Fortabat eligió vender antes de que la empresa pudiera dejar de ser modélica por el manejo de sus herederos. Quizá con el apellido Mitre, pase algo similar, se lo recordará cada efeméride. Pero en la mesa chica de "el grupo" , el poder lo detente otro apellido.