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Gabriela Sabatini cumple 50 años

Mercedes Paz, la 'hermana mayor' de Sabatini: "Es la mejor embajadora que tiene el país"

Cuatro años mayor, la tenista tucumana viajó con Gabriela a Miami para entrenar y convertirse en profesionales. La amistad fue tan fuerte que Paz la eligió como madrina de su hijo.

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Mercedes Paz y Gabriela Sabatini en un torneo que se jugó en el Lawn Tenis , en 1984. | Cedoc Perfil

“El primer encuentro con Gaby me lo acuerdo patente. Tengo la imagen de ella con dos colitas, flaquita y su raqueta de madera”, dice Mercedes Paz a PERFIL. Ex tenista profesional y actual capitana del equipo argentino de Fed Cup, la tucumana también cumplió una gran trayectoria que inició junto a Sabatini , experiencia que las convertiría en grandes amigas. “En un momento había una relación casi de hermana mayor”, explica Mercedes y cuenta detalles de aquellos años, en los que viajes y agendas las mantenían en los planos más altos del tenis profesional.

¿Qué recordás del primer encuentro con Gabriela?

Yo soy cuatro años más grande que ella y el primer gran encuentro fue cuando fuimos a jugar un torneo de ordenamiento en Rosario. Era el último torneo del año donde se mezclaban las cuatro primeras de la categoría de 18 años y las cuatro de la categoría que venía que era de 16 años. Gabriela estaba ahí aún siendo más joven porque había saltado una categoría. Ella tener 13 y yo 17. Estaba también Patricio Apey que fue nuestro entrenador. Él vivía en Miami y reclutaba los talentos que había en ese momento para llevarlos a entrenar a Estados Unidos antes de pasar a ser profesionales.

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¿Fueron las dos para Miami?

Sí. El padre de Gaby y mi papá estaban ahí y Apey propuso llevarnos a entrenar en su academia. Como íbamos las dos juntas, el padre de ella la dejó ir.

¿Cómo fue esa experiencia? 

Empezamos a entrenar en Miami y comenzó nuestra ilusión por ser profesionales. Fue muy importante ir juntas porque hay que ubicarse en la época. Las comunicaciones no eran como ahora. No había Internet ni celulares. Cuando nos fuimos a Miami fuimos a vivir a una casa que era del padre de nuestro entrenador. Ahí también vivían una tenista peruana, una chilena y una escocesa. El hecho de tener a alguien de tu país, de tu edad y de la misma idiosincrasia era muy importante. 

 

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¿Tenés alguna anécdota que recuerdes de esos años? 

En ese momento entrenábamos en el hotel Sheraton que estaba a 15 cuadras de la casa en la que vivíamos. Así que íbamos caminando y de paso comíamos siempre en la misma pizzería. Nosotras decimos que la hicimos crecer porque íbamos siempre (risas). Y Gaby era una genia jugando al Pac-Man. Así que pedíamos la pizza y con 25 centavos de dólar ella hacía durar la partida los 20 minutos que tardaba la pizza. Y yo era muy mala. Jugaba un minuto y medio como mucho (risas). Después me acuerdo mucho de esa etapa inicial cuando cambia su look. Fuimos al primer torneo y cambió las dos colitas por el pelo suelto y vincha y pasó de jugar con short a jugar con pollera.

¿Y en cuanto al tenis?

Toda esa etapa ella tuvo una serie espectacular de torneos. Todavía no era conocida porque era la primera vez que competía en categorías para mayores de 18. Cuando llegamos a Europa, en teoría yo jugaba Roland Garros y ella no porque no tenía los puntos suficientes. Pero la gira fue tan exitosa, ella ganó 6 torneos y yo 2, y ella termina jugando. Aparte tuvimos inconvenientes porque nuestro entrenador iba a estar desde el primer torneo pero llegó un mes después. Así que estuvimos todo ese tiempo solas sin teléfono y con bastantes inconvenientes. 

¿Fue complicado ese viaje?

Me acuerdo que llegamos y yo era la adulta del grupo. Me robaron la plata el primer día y ella (Sabatini) llegó con una infección de oído. Así llegamos a Europa. Fue duro porque no teníamos tanta experiencia en viajar y no es como ahora que el celular te arregla todo. Íbamos a la terminal de trenes por ejemplo y el tren salía a las 18 por el andén 4. Y estábamos con todas las bolsas, super cargadas y faltando dos minutos de repente nos cambiaban el andén y teníamos que salir corriendo. Todo fue así pero esa experiencia, todas esas cosas malas que nos pasaron al principio de la gira, nos ayudó a forjar el carácter. Sobre todo a Gaby que era muy chica, tenía 13 años y tuvo que madurar. Muchas veces nos juntamos hoy y yo le dijo que tiene que rogar que no me falle la memoria porque ella no se acuerda de muchas cosas. Al ser mas grande yo las tengo más claras.

 

 

Eras como la hermana mayor...

Fue una relación muy linda y muy fuerte. Inclusive muchos decían, como yo le ganaba en los torneos al principio, que ella me respetaba mucho como “hermana mayor” . Hubo un torneo en esa gira inicial que yo le gano y después, en el año 1985, le gano en el primer torneo de Argentina. Todos pensaban que Gaby iba a ganar y ella pierde conmigo en semifinales. Después al año siguiente, en el 1986, me gana y a partir de ahí ya se fue lejos y no pude ganarle más (risas). Tuvimos una etapa muy cercana y cuando ella despegó nos fuimos distanciando. Ella cambió de entrenador y cada una empezó a hacer su camino pero ya cuando nos retiramos nos volvimos a encontrar y pudimos compartir otras vivencias. 

¿Alguna que sea especial?

Cuando la incluyeron en el Hall de la Fama del tenis me invitó a estar con ella en ese momento. Era 2006 y para mi fue muy lindo porque nos invitó a mi y a mi marido. Poder acompañarla en ese momento tan emocionante, cuando llebaga al Hall de la Fama fue maravilloso. Esa semana después nos quedamos en Boston y Nueva York, y fue muy divertido porque pudimos recordar anécdotas. Además ella es la madrina de mi hijo, así que siempre estamos en contacto y charlamos cuando podemos. 

¿Qué legado crees que dejó?

Creo que es la mejor embajadora que tiene el país. Vos decís Sabatini en cualquier ambiente y es una chica muy querida, que tiene muchos valores y siempre con bajo perfil. Con su personalidad y su forma de ser hizo que la gente la ame y realmente es un orgullo haber compartido, haber sido parte de la historia del tenis argentino, y haber vivido de cerca su carrera. Pero además de compartir lo deportivo a mi me alegra mucho más haber compartido con Gabriela desde lo personal, porque es una persona extraordinaria.