El barbijo dejó de ser obligatorio. Este elemento que irrumpió en la vida de los ciudadanos en el 2020, como una de las principales barreras contra el Covid 19, pasó a ser solo una anécdota. Es por eso, que en la actualidad muchas empresas dedicadas a su producción se debaten entre la reconversión y el cierre.
En Europa los comerciantes aseguran que si no hay un cliente que vaya diariamente a residencias u hospitales, no hay mucha opción. Una empresa española llegó a producir 180 mil barbijos por día. En marzo del año pasado aún conservaba una plantilla de 32 personas con capacidad para producir 35 mil barbijos por día.
¿Cómo se reinventan?
Por otra parte, en Argentina una empresa conocida por fabricar barbijos del Conicet asegura que también debió reinventarse. El tapabocas fue furor en agosto del 2020 y habían facturado más de 1.500 millones de pesos, cifra que se incrementó unos meses después.
Ahora lanzarán al mercado unas colitas para el pelo que repelen piojos, un problema para los chicos que asisten a clases y en paralelo una ropa repelente de mosquitos, la cual ayudará a combatir el dengue. Dicha empresa ya cuenta con un repelente de acción prolongada, y trabajaran en la expansión de la industria textil.
Ante la demanda del mercado y la difícil situación económica, los empresarios que debieron reinventarse, aseguran que hay que seguir trabajando, ser cuidadoso y mantener un rumbo sólido. Además, consideran que a pesar de sus ciclos este es un país que sigue brindando oportunidades.