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Cuidemos el corazón y midamos el alcohol en estas fiestas

Fiestas, brindis y riesgos. Mitos y verdades sobre el consumo de alcohol

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Vino. Bebida. | Cedoc Perfil

Terminar la jornada de trabajo y tomar una pinta antes de llegar a la casa suele ser relajante. Descorchar un vino y beber una copa mientras se prepara la comida es, para muchos, parte del ritual que indica el final del día y el inicio del tiempo de relax.

Hace alrededor de treinta años el doctor René Favaloro recomendaba beber una copa de vino, sin embargo el límite entre lo recomendable y el consumo excesivo a veces se diluye y genera graves consecuencias.

Según Adrián Baranchuk, cardiólogo especialista en Electrofisiología, docente, investigador, fundador y director del laboratorio en Queen's University” de Canadá, presidente electo de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) y vicepresidente de la International Society of Holter and Non-invasive Electrocardiology  expresa que, en el 2017, publicó  en la revista Circulation un artículo denominado “Alcohol and cardiovascular health”,  en el que se demostró que el alcohol tomado a dosis bajas tiene efectos beneficiosos para el aparato cardiovascular y lo tiene a diferentes niveles.

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El especialista, oriundo del barrio de Flores y máximo exponente de la medicina en Canadá, señala: “En primer lugar mejora la función endotelial, que es el aspecto interno de las venas y las arterias. En segundo lugar  mejora lo que se llama el perfil lipídico, mejorando la producción de colesterol bueno y facilitando la degradación del colesterol malo. En tercer lugar mejora los patrones de coagulación sanguínea evitando que se formen coágulos en las venas y en las arterias y, por último, tiene a través de sus sustancias no fenólicas -de las cuales la más famosa es el resveratrol-, una potente actividad antioxidante, lo que lo transforma en una sustancia que tomada en las proporciones adecuadas acarrea tremendos beneficios para el aparato cardiovascular”.

El descubrimiento del impacto del vino en la salud cardiovascular se relacionan con los hábitos de consumo en Francia.

Como es habitual en la ciencia, muchos descubrimientos parten de un hallazgo hasta casual. En el caso de los beneficios del alcohol, específicamente el vino y su impacto en la salud cardiovascular, los orígenes del descubrimiento se relacionan con los hábitos de consumo en Francia.

Ricardo López Santi, ex presidente de la Federación Argentina de Cardiología y director de Academia de la Sociedad Interamericana de Cardiología, especialista consultor en Cardiología y especialista en Sistemas de salud y seguridad social (MP 16471), hace referencia a lo que se conoce como “la paradoja francesa”.

“Paulatinamente fue apareciendo evidencia científica que llevó a que el vino ocupara un lugar en la dieta mediterránea y ahí es donde surge lo que se llama ‘la paradoja francesa’, porque observaciones en las características de alimentación y la relación con la expectativa de vida y las enfermedades cardiovasculares llevarona darse cuenta que los franceses, a pesar de tener una dieta rica en cremas y en lácteos, tenían paralelamente una disminución de los eventos cardiovasculares y eso se relacionó con el consumo justamente de vino”, relata López Santi.

El último estudio publicado en abril de 2021 por la Organización Mundial de la Salud indica que 85 mil personas al año en el continente americano mueren por consumo de alcohol. El doctor Baranchuk coincide con lo citado por la OMS y agrega: “Tomar en exceso primero enlentece los mecanismos de beneficio y luego los revierte completamente transformándose en una sustancia altamente tóxica para el sistema cardiovascular produciendo más hipertensión, sangrado intracraneal arritmias y muerte”.

"Si usted no toma, no empiece a tomar dado los potenciales mecanismos beneficiosos porque cuando uno excede las dosis, incrementa todos los efectos nocivos. Si usted toma en exceso, deje de tomar en exceso y trate tomar dentro de lo que recomiendan las guías actuales. Si toma la dosis recomendada, lo puede seguir haciendo sin ningún tipo de problema”.

La OMS afirma que la educación, el conocimiento y la prevención son tres factores fundamentales respecto del consumo de alcohol. El presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) refiere que la información brindada a los pacientes debe ser clara y categórica y agrega: “Nos apoyamos en tres principios: 1: si usted no toma, no empiece a tomar dado los potenciales mecanismos beneficiosos porque cuando uno excede las dosis, incrementa todos los efectos nocivos. Principio 2: si usted toma en exceso, deje de tomar en exceso y trate tomar dentro de lo que recomiendan las guías actuales. Principio 3: si toma la dosis recomendada, lo puede seguir haciendo sin ningún tipo de problema”.

Tipos de bebidas, cantidades recomendadas y género.

Las recomendaciones actuales que se desprenden de las investigaciones establecen las cantidades de acuerdo con el tipo de bebida y también distingue entre hombres y mujeres.

Daniel Piskorz, director del Centro de Investigaciones Cardiovasculares Sanatorio Británico, ex presidente de la Federación Argentina de Cardiología y coordinador del Consejo de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIACPREVENT) destaca que “las personas que no son bebedoras no deben iniciarse en el consumo de bebidas alcohólicas”.

El especialista aclara: “En el caso de la persona que ya está acostumbrada a consumir bebidas alcohólicas, la unidad de medida que se toma es el etanol, es decir, lo que conocemos como alcohol etílico y estas recomendaciones varían de país a país”.

Consumo pospandemia: 55% de argentinos admite que toma más alcohol desde 2020 | Perfil

No obstante, el facultativo consultado define como recomendación en términos generales que “un máximo de 100 gramos de etanol por semana es aceptable”.  De acuerdo con la cantidad de alcohol etílico el hombre, por día, puede consumir dos copas de vino de 140 mililitros o una lata de cerveza (300 a 350 ml) y para whisky, ron, gin, vodka o licores la medida equivale a 45/40 mililitros.

Todas las fuentes consultadas como las publicaciones científicas coinciden en un dato de suma importancia: no beber todos los días y mantener dos días de la semana libres de consumo de alcohol.

No beber todos los días y mantener dos días de la semana libres de consumo de alcohol

Respecto de las mujeres, la frecuencia es la misma aunque las cantidades se reducen a la mitad respecto del consumo de los hombres.

Mildren del Sueldo, médica, doctora en medicina, especialista en cardiología, directora de Mujeres en Rojo Argentina de la Federación Argentina de Cardiología (MP 19060) destaca que no se recomienda al consumo de alcohol como parte del estilo de vida saludable y que, en caso de consumirse, debe realizarse con moderación y esto es igual tanto para hombres como mujeres.

“El consumo de alcohol no debe superar los 100 gr semanales, sin hacer diferencias por sexo, sin embargo a igual consumo de alcohol el efecto perjudicial es mayor en las mujeres. El consumo excesivo aumenta el riesgo de padecer varias enfermedades como cáncer de mama, depresión, cirrosis hepática y enfermedades cardio y cerebrovasculares” indica la especialista.

Durante el embarazo el consumo de alcohol está contraindicado y se recomienda la abstinencia. Según la experta, “hasta en bajas cantidades puede causar abortos, parto pre-término y daños como bajo peso al nacer y trastornos del espectro alcohólico fetal que son un grupo  de alteraciones causadas por exposición al alcohol durante el desarrollo de ese bebe y que pueden manifestarse después del nacimiento con trastornos mentales tales como mala coordinación, déficit en la memoria, dificultad en la atención e incluso llegar  a la discapacidad intelectual  y con trastornos físicos siendo los más frecuentes características faciales anormales, cabeza pequeña, problemas de audición y visión” .

Según la doctora en medicina “las mujeres tienen la misma tasa de eliminación de alcohol que los hombres pero las diferencias detectadas en el nivel de alcoholemia se relacionan con el peso y fundamentalmente con el agua corporal, que es menor que en los varones, por lo tanto a igual peso la mujer tendrá mayor alcoholemia pues en general las mujeres son estadísticamente más pequeñas, por lo que si beben la misma cantidad que los hombres de manera exagerada, tendrán efectos adversos mayores y más tempranos”.

"El tejido graso no absorbe el alcohol y no incide en la mayor o menor tolerancia al alcohol ni hay evidencia sólida que sostenga que las mujeres metabolizamos el alcohol de manera diferente al hombre”

Respecto de las especulaciones en las diferencias corporales entre hombres y mujeres y el impacto en el consumo de alcohol, la especialista del Sueldo es categórica: “Las mujeres tenemos mayor índice o porcentaje de grasa debido a la acción de los estrógenos y esta mayor proporción de tejido adiposo se localiza en zonas concretas como glúteos, mamas y otras zonas de diferenciación sexual, donde el alcohol no tiene nada que ver ni por donde llegar, es decir que el tejido graso no absorbe el alcohol y no incide en la mayor o menor tolerancia al alcohol ni hay evidencia sólida que sostenga que las mujeres metabolizamos el alcohol de manera diferente al hombre”.

Adolescentes y jóvenes luz de alarma

El consumo de alcohol es una práctica cultural común que al igual que el del resto de las drogas psicotrópicas puede, en algunos sujetos, transformarse en patológica, siendo ciertas franjas etarias más vulnerables.

Según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, el indicador de consumo de alcohol episódico excesivo (CEEA) en población de 18 años y más, que se define como el consumo de 5 tragos o más en una misma oportunidad en los últimos 30 días, aumentó significativamente respecto de la edición anterior de la encuesta, al pasar del 10,4% en 2013 al 13,3% en 2018, lo que representa un aumento relativo del 28%.

A su vez el indicador fue 3,2 veces mayor entre varones respecto de mujeres, y 5 veces mayor en jóvenes respecto de los adultos mayores, alcanzando un porcentaje del 20,7% en los jóvenes de 18 a 24.

Además, de acuerdo con los datos de la Tercera Edición Argentina de la Encuesta Mundial de Salud Escolar 2018, realizada a estudiantes de 13 a 17 años de escuelas públicas y privadas de todo el país, el 54,1% de los adolescentes de 13 a 17 bebió alcohol en los últimos 30 días, resultando el indicador mayor entre mujeres respecto de varones, 55,7% versus 52,3%, inversamente a lo observado en adultos.

“No queremos que los jóvenes de manera social empiecen a tomar porque una alta proporción va a evolucionar a tomar en exceso y a tener enfermedades cardiovasculares e incremento de cáncer y mortalidad total a edad muy temprana”

Adrián Branachuk es enfático con respecto al consumo de alcohol en los jóvenes. “No queremos que los jóvenes de manera social empiecen a tomar porque una alta proporción va a evolucionar a tomar en exceso y a tener enfermedades cardiovasculares e incremento de cáncer y mortalidad total a edad muy temprana”.

El investigador, fundador y director del laboratorio en Queen's University” de Canadá agrega que “la idea es no incentivar el consumo de alcohol que es muy diferente a prohibir, yo no creo en las prohibiciones como mecanismo de control social, creo en la educación y la transmisión de conocimiento, o sea decirle a alguien no lo hagas porque te lo digo yo es algo que no ha funcionado nunca”.