Si hay algo que simboliza a nivel mundial la lucha contra el cáncer de mama es el lazo rosa. Tanto organizaciones como personalidades lo usan para representar el compromiso para trabajar en la prevención y dar visibilidad a esta enfermedad que afecta a 71 de cada 100 mil mujeres. En ese marco, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud el 19 de octubre se celebra mundialmente el Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama.
La historia del representativo cintillo data de 1992 cuando se tenía que organizar la edición anual de la Concienciación sobre el Cáncer de Mama (NBCAM). La editora de la revista femenina Self, Alexandra Penney, junto a la vicepresidenta de Estée Lauder, Evelyn Lauder, decidieron repartir lazos para promocionar la prevención de esta enfermedad.
La idea de las mujeres no fue original. Un año antes Charlotte Hayley, que había superado un cáncer de mama, empezó a vender lazos de color durazno que ella misma fabricaba para reclamar al Gobierno de los Estados Unidos que destinara más presupuesto público anual al Instituto Nacional del Cáncer.
El cáncer de mama afecta a 71 de cada 100 mil mujeres
A cada paquete de cinco cintas adjuntó una tarjeta que decía: “El presupuesto anual del Instituto Nacional del Cáncer es de $ 1.8 mil millones, solo el 5 por ciento se destina a la prevención del cáncer. Ayúdenos a despertar a los legisladores y a los Estados Unidos usando esta cinta”. Después de vender miles de ellas gracias al boca a boca, esa iniciativa llegó a oídos de la editora de Self y de Lauder, que se interesaron en colaborar con ella.
Sin embargo, la mujer dijo que no trabajaría con ellas porque eran demasiado corporativas y comerciales. Entonces, el asesor legal de Penney y Lauder les aconsejó que si cambiaban el color no era necesario tener autorización para usar la idea de Hayley. Eligieron el rosa para poner énfasis en la importancia de la autoexploración para prevenir el cáncer de mama y así fue como nació el símbolo.
¿A qué síntomas hay que prestar atención?
El cáncer de mama representa el 16% de las patologías oncológicas femeninas y es la primera causa de muerte por tumores en la mujer. En los varones su incidencia es muchísimo menor, siendo un 1% del total.
Se estima que esta enfermedad causa alrededor de 5.600 decesos al año en Argentina. La tasa de supervivencia en nuestro país es superior al 82% en los primeros 5 años de identificado el cáncer.
Es necesario recordar que el 75% de las mujeres que son diagnosticadas con cáncer de mama no tienen antecedentes familiares. Cuando se tiene un familiar directo con esta enfermedad, los estudios se empiezan 10 años antes que la edad de diagnóstico del pariente. Es por eso que es necesario estar alerta ante ciertos signo o cambios en las mamas. La doctora Valeria El Haj, directora Médica de Vittal, enumeró:
- Tamaño.
- Forma.
- Textura (de la mama o el pezón).
- Enrojecimiento o un aspecto como cáscara de naranja.
- Presencia de líquido por el pezón.
Las tres principales medidas de prevención que permiten realizar un diagnóstico precoz del cáncer de mama son:
- Autoexamen mensual: en caso de tocar o ver algo fuera de lo normal visitar de forma urgente al médico.
- Incluir el examen mamario en el control ginecológico anual: es fundamental para la prevención de distintas patologías. Los estudios a solicitar son la mamografía y la ecografía mamaria, el Papanicolau (PAP) y la Colposcopia.
- Realizar una mamografía y una ecografía mamaria entre los 35 y los 40 años: luego de esta edad hay que incluirlas rutinariamente en los controles. Es muy importante ambos estudios ya que hay imágenes que la ecografía percibe y la mamografía no, y viceversa.
Tres de cada diez mujeres nunca se hicieron una mamografía
¿Cómo hacerse un autoexamen?
Si bien es la medida de prevención más accesible muchas mujeres no la llevan a cabo porque no saben bien cómo hacerse el autoexamen. Los 5 pasos a seguir son:
- Colocá las manos en las caderas y presioná de manera firme mientras te inclinás hacia adelante.
- Levantá los brazos y observá los cambios en esta posición.
- Presioná el pezón para detectar si hay salida de fluido anormal.
- Parada, con una mano detrás de la cabeza explorá la mama con movimientos circulares desde la axila hasta el pezón.
- Hacé todas las maniobras anteriores pero acostada con una almohada bajo la espalda.
Los cambios hormonales que experimenta toda mujer a lo largo del ciclo afectan a las mamas. Por eso es importante que el autoexamen lo hagas una vez al mes y siempre en la misma fase del ciclo (recomendable entre 7 y 10 días después de la menstruación) para evitar estas diferencias que se pueden detectar en la palpación. Si tenés menopausia, estás embarazada o amamantando elegí el mismo día cada mes sin depender del ciclo.