Lejos de la tradición de guardar el vestido de novia durante años para que quede como reliquia familiar, crece la tendencia “arruiná tu vestido” (trash the dress). Lo que propone para terminar con esa reliquia es colocar a los novios en un ambiente que contraste con sus vestimentas elegantes, ensuciando el vestido de la novia en escenarios como lagos, cascadas, fábricas abandonadas, y demás lugares insólitos, y fotografiar y grabar el hecho.
La expresión inglesa trash the dress fue sugerida por primera vez en 2001 Las Vegas por el fotógrafo John Michael Cooper. La idea replicó y hoy en las playas de México es común ver a novias revolcándose en la arena y nadando con metros de tul a su alrededor.
Uno de los pioneros en el país es Pedro Lampertti, del estudio Alfamas. Hace dos años se lo planteó tímidamente a una pareja de novios y lo miraron como si fuera de otro planeta. “La primera reacción de ellos fue: ¡cómo vamos a querer ensuciar el vestido! Con el tiempo fuimos orientando a los clientes para que se animen. Hoy trash the dress es lo que más hacemos”, detalla.
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