Como el escultor que asegura que la figura de sus sueños siempre estuvo dentro del mármol, así de categóricos son la confesión y tal vez el alivio de Céline Frers, la fotógrafa que ve plasmado su inmenso trabajo en el volumen Tierra adentro, Argentina.
El libro, que tardó siete años en redondear, no es un mapa ni recorre todo el país sino algunos suelos verdes o de viento, piedra y sal. Y aunque algunas topografías estén ausentes, termina de mirarse –admirarse- con la sensación de que cumple con esa profundidad entre el decir y lo no dicho, que tan bien comunica.
“Siempre estuvo dentro de mí, pidiendo piedra libre para salir”, asegura la autora, cuando mira hacia atrás.
En él están el almanaque y el horno económico; el carnavalito vivaz y la baguala melancólica del Norte; la dignidad de las polainas y el pañuelo al cuello en los litoraleños descalzos. Y los chacareros, claro, con carcajadas y boina vasca, rezándole una semana a la lluvia y la siguiente, a la seca. Y casi chiquitos, los patagónicos taciturnos, hechos a la jornada dura en la montaña.
“Muchas veces siento bronca y frustración porque con todo lo que tenemos como país siempre estamos ‘en la lucha’. En el interior existe otra Argentina. Hay tanta belleza, tanto territorio salvaje por explorar, tanta libertad, tanto amor en la gente que siempre te recibe con los brazos abiertos…que a veces me da impotencia que no se vea…que siempre como país estemos mirando afuera, cuando tenemos uno de los países más bellos del mundo. Realmente me siento afortunada de ser Argentina”, sintetiza Frers, prima segunda de Delfina Frers, la ex modelo y ex piloto de TC 2000 que fundó el Club de Mujeres Tuercas, cuyo lema es: “Debajo del casco no hay género”.
“Al haberme criado en el campo y entre los gauchos, conozco los códigos y me acerco con respeto, me siento muy libre pero no tengo el mismo comportamiento que tendría un hombre. A su vez, siendo mujer, los hombres se sorprenden que ande por esos parajes y a veces se abren más. Siempre me he sentido bienvenida”, rebobina.
Céline nació en Buenos Aires, dejó correr la infancia entre Navarro y Vicente López y, las vacaciones, en la estancia correntina de los abuelos belgas. Salió de la Universidad del Cine, cursó en el New York Institute of Photografphy y después de dos años trabajando en la Gran Manzana, un ticket “Round the world trip” fue el comienzo del destino de alma viajera.
Algunos de sus trabajos “en ruta” se expusieron en el Palacio de Ukrinform de Kyiv, en Ucrania; la Feria de Fotografía de Londres; y en las galerías Maddox, Aina Nowack y La Maison des Amériques Latines, de Londres, Madrid y París, respectivamente.
Nadie encontrará en “Tierra adentro” la mansedumbre pampeana, porque es el dramatismo argentino lo que aprisiona cada encuadre
“La potencia que busco transmitir la encuentro en las furiosas nubes, en los rayos de luz que se filtran en el paisaje, en la tormenta que se aproxima avasallante, en el viento que tuerce los árboles, en las estrellas de una noche oscura”, explica.
Y detrás de cada toma, una odisea que algún día recordará a sus futuros nietos. Como todo ese santo día en Diablillos, la Puna jujeña, corriendo sin aliento a 5.000 metros de altura, tras una manada de burros que llevaban bloques de sal al galope. O una semana esperando la esquila, compartiendo silencios y voces de radio con los puesteros de la Patagonia. O cuatro días durmiendo bajo las estrellas, en la yerra mendocina.
Los diaguitas, los menonitas y Orlando; cosechar, cortar leña y pelar verduras sólo para tener una exclusiva de Albina cocinando un conejo. Las gallinas agitando la siesta del Ford T; y cada menonita prolijamente rubio en su banco… decenas de historias en cada click.
Además de recorrer el país para guardarlo en imágenes, Céline Frers es fotógrafa de filmaciones y cortos publicitarios. “Colores de Corrientes”, “Cielos Patagónicos”, “Tierra de Gauchos” y “Patagonia Sur” son sus publicaciones anteriores. Tierra adentro, Argentina es una edición bilingüe español-inglés y se vende en Mercado Libre.