La muerte de los periodistas argentinos María Soledad Fernández y Jorge “Topo” López dejó al descubierto una de las problemáticas que más preocupan a las autoridades viales de Brasil: la peligrosidad que encierran las rutas, autopistas, calles y avenidas brasileñas a raíz de la imprudencia y la impericia de quienes las transitan.
La situación toma una dimensión aun mayor si se tiene en cuenta que muchos de los argentinos que mañana estarán presentes en el estadio Maracaná alentando a la selección nacional llegarán a Río de Janeiro por vía terrestre, ante la imposibilidad de conseguir o afrontar los costos de los pasajes aéreos (cerca de 35 mil pesos) o los paquetes con entradas (100 mil pesos).
Las estadísticas del otro lado de la frontera son contundentes: según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Policía Federal de Carreteras (PFC), durante 2013 se registraron en Brasil unos 600 mil accidentes de tránsito que ocasionaron unas 50 mil víctimas fatales. Una cifra que representa un promedio de 24 muertos por cada 100 mil habitantes.
En la Argentina, en tanto, y según datos provisorios que manejan la Agencia Nacional de Seguridad Vial y el Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), durante el año pasado los accidentes de tránsito causaron la muerte de unas 5.100 personas en todo el país. En este caso, el promedio de víctimas fatales por cada 100 mil habitantes es de unas 12 personas. La mitad del promedio registrado en Brasil.
Según especialistas, las características geográficas de las rutas brasileñas son determinantes para entender el fenómeno. Especialmente en la zona sur del país, donde abundan las curvas cerradas, en algunos casos ciegas (aquéllas que no dejan ver a los que circulan en la dirección contraria). La situación se agrava si a eso se suman la gran cantidad de camiones que transitan, la mala señalización en ciertos estados, las constantes violaciones de los límites de velocidad, la utilización de celulares y el consumo de bebidas alcohólicas antes de salir a la ruta. En Brasil, el nivel de tolerancia de alcohol en sangre es menor que en Argentina (0,1 gr/l contra 0,5 gr/l).
Además de estos factores, también influyen la falta de control y el mal estado de las rutas.
De todas maneras, para el Observatorio Nacional de Seguridad Vial de Brasil, las causas de los accidentes también radican en la mala formación profesional de quienes manejan autos y camiones en esas carreteras. “Si bien existen leyes de tránsito que se aplican con severidad, la situación de los conductores debe ser revisada y mejorada por las autoridades locales”, señala José Ramalho, director gerente de esa entidad. “También deben mejorarse los controles en rutas, sobre todo por los excesos de velocidad que se registran”, agrega el directivo de la ONG.