SOCIEDAD

Chimentos políticos y de sociedad

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Cafiero presenta en la Rosada sus memorias con prologo de CFK. El último almuerzo del grupo de peronistas que preside Antonio Cafiero tuvo el jueves pasado un condimento especial. Se rompió con la rutina de invitar a un orador para simplemente sentarse alrededor de la sencilla mesa –en la que se sirvió tarta pascualina, peceto a la criolla y flan casero– a escuchar a Cafiero contar anécdotas de su propia militancia refiriéndose muy emocionado a su libro de memorias Militancia sin tiempo, que el martes o miércoles verá finalmente la luz. No podía ocultar su efervescencia el veterano dirigente pues la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se refirió al libro en el prólogo que le envió como “un poderoso testimonio del valor de la militancia y del compromiso político”. Envalentonado, Cafiero entretuvo a los contertulios con un divertido recuerdo de su incorporación al gobierno del General Perón. “El 4 de junio de 1952 Perón inició su segundo mandato constitucional y, en consecuencia, renovó su gabinete ministerial. Tres días antes me había invitado a conversar con él en la residencia presidencial (entonces ubicada en Libertador y Agüero) para ofrecerme el Ministerio de Comercio Exterior. Yo era muy joven, tenía 29 años, y estaba nervioso y abrumado por la responsabilidad del cargo que me ofrecía. Estuvimos conversando más de una hora, café y cigarrillos de por medio. Advertí su capacidad de serenar al interlocutor. No tenía por qué hacerlo, pero me contó todas las reformas que haría en el gabinete: ‘Se va fulano por tal cosa; éste es bueno pero no sabe administrar...’, y yo, callado y casi aturdido, escuchando las revelaciones del poder. En un momento dado, me miró fijamente y me dijo: ‘Usted, cuántos años tiene?’. Pensé en ese momento que, al saber mi edad, podría resultarle demasiado temprana para el cargo, y que Perón tal vez iba a pensar en una persona más fogoneada. Entonces, balbuceando, dije: ‘Veintinueve años’. ‘No se preocupe –me dijo acompañado de su proverbial guiñada–, vaya, jure y no le muestre su libreta a nadie’. Por esta razón, tiempo después, Perón me presentaba como su ministro lactante”, contó entre emoción y risas Cafiero. El libro, que será presentado en Casa de Gobierno el 15 de diciembre, tendrá además otro prólogo, escrito por Pacho O’Donnell.

Despedida misógina. En el clásico quincho de la calle Castañón volvieron a bajarles la barrera a las mujeres. Después del inclusivo festejo por los 80 años de Nelly Arrieta de Blaquier, la voz de mando del lugar (los hermanos Guerrieri) establecieron la medida para que Bruno Quintana tuviera una despedida –atrasada por cierto– como presidente del Jockey Club con el estilo y la mística del lugar. Una amistad de muchos años los une, pese a turbulencias, como la que recordó el propio Quintana mientras les clavaba el tenedor a las tiernas mollejas. Sentado a la mesa principal, contaba el ex presidente del Jockey cuando junto a los Guerrieri y a Alberto Volonté Berro decidieron asociarse para la compra de un caballo de carrera. El equino arrancó su actividad competitiva con todo –ganó las primeras dos carreras– y parecía imparable. Pero al poco tiempo una enfermedad lo hacía escupir sangre y, luego de largos debates, Quintana y el ex embajador de Uruguay decidieron venderles su parte a los hermanos Guerrieri. Aunque no muy convencidos de los resultados que pudiera arrojar la operación, los Guerrieri aceptaron y curaron al pura sangre, que a su vuelta a las pistas –y para decepción de sus anteriores dueños– ganó al menos seis carreras consecutivas. La historia casi hace atragantar de la risa a Hugo Biolcati, que con ganas paladeaba un lechón memorable. Lo propio hacía Jorge Aufiero, sentado al lado de Juan Scalesciani, que ocupó la habitual ubicación de Juan Carlos Bagó, a quien un pico de hipertensión lo obligó a quedarse en su casa. Los Jorges (Neuss y Sánchez Córdova) preguntaban a Horacio Bauer, hombre cercano a la familia Werthein, por la salud del veterano Julio cuando comenzaron los tangos en vivo –a cargo del muy querido en el lugar Juan Carlos Cornejo– y llegaba a las mesas el clásico pan dulce, que degustaron Diógenes Urquiza Anchorena, Arturo Llavallol, Emilio Dumais y Roberto Lanusse. Pasadas las 2 de la mañana, amigos de Bruno Quintana y viejos conocidos del Jockey Club todavía continuaban sentados, como esperando el desayuno. Para ese entonces, hasta el propio agasajado se había despedido del lugar, no sin antes llevarse la tercera de las únicas siete esculturas que los Guerrieri tienen para regalarles a sus seres más apreciados –las otras dos fueron oportunamente entregadas a Julio Werthein y a Juan Carlos Bagó–.

Pura estrategia. Hugo Moyano no pasa por su mejor momento con la Presidenta y por eso, parece, asumió la tarea de ordenar el escenario 2012. Sabe que los gremios deberán estar fuertes para resistir cualquier embate de la Rosada y, en esa lógica, almorzó con la cúpula de los sindicatos ferroviarios: los dirigentes del sindicato de conductores de trenes, La Fraternidad, la Unión Ferroviaria, Señaleros (ASFA) y Personal de Dirección (Apdfa) mantuvieron un encuentro en el que analizaron la conformación de la Federación Ferroviaria Argentina. La cita fue en la sede de La Fraternidad, que conduce Omar Maturano, precisamente el nombre que suena para presidir el nucleamiento ferroviario. También estuvo el secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, David Cockroft, y el secretario regional de la misma, Antonio Rodríguez Fritz. Cockroft, que es inglés, siguió atentamente las palabras de Moyano mientras devoraba el asado que elogió tanto como el modelo sindical argentino.

Las barras de Boca. En su intento de convencer al socio xeneize, Daniel Angelici pasa sus días entre desayunos, after offices y cenas. Pero una de esas agitadas jornadas culminó en conocido salón de Palermo, donde el gran Martín, ex goleador de Boca, festejaba su cumpleaños con un abanico de dirigentes que integran la lista oficialista de Jorge Amor Ameal, como José Beraldi y Roberto Digón. Rápido de reflejos, Angelici también intentó copar la parada y apareció junto con Oscar Moscariello, Enzo Pagani, Andrés Ibarra y la madrina de su lista, Teté Coustarot. Afortunadamente, el festejo transcurrió con normalidad, y para sentirse más local Angelici tuvo que llenar un concurrido reducto frente a la Bombonera donde, entre empanadas, achuras y asado, consiguió la visita de “su padrino”, Macri, a quien hasta el 4 de diciembre parecen preocuparle más las elecciones xeneizes que los subtes o los derrumbes.

Brindis a la francesa. Parece que diciembre se adelantó por la vorágine de reuniones de fin de año. Esta semana, el embajador de Francia agasajó a 110 personas y en su brindis dijo que estaba muy feliz por estos dos años en Argentina y que por ese motivo se trajo por segunda vez a su padre al país. Jean Pierre Azvadourian distribuyó a sus comensales en 11 mesas que nombró con las regiones de Francia, y en ellas se ubicaron, entre otros, María Kodama, Lili Sielecki, Daniel Chaín, Fabián Perechodnik, Patricio Supervielle, Ignacio de Mendiguren, Archibaldo Lanús, Nelly Arrieta y María Laura Leguizamón, quien se ubicó en la mesa central en su rol de presidenta del Grupo de Amistad Franco-Argentina.

Inesperado aliado. Dady Brieva es de aquellos famosos que se ubican en el podio de los populares en el sentido literal y quien aún llena teatros sin necesidad de recurrir a reediciones de Midachi. Criado en una familia con un padre devoto de Evita y Perón y una madre, como él mismo define, “gorila”, él se declara peronista “desde siempre”. El fin de semana, un medio publicó que él seguiría los pasos de Miguel del Sel y se incorporaría al PRO. Después de aclarar en programa de espectáculos de Canal 26 que se sintió “operado” y que como justicialista el partido de Macri no estaba en sus planes, dijo una frase inesperada que provocó segundos de silencio que en la pantalla parecen eternos: “Por primera vez debo decir: Clarín miente”.

Noche gourmet. Probablemente Oscar Lescano se convierta en otro de los personajes que renuncian compulsivamente a los subsidios para los servicios domésticos. Lo hará, dicen, siempre y cuando su bolsillo siga otorgándole la posibilidad de cenar casi todas las noches en Marcelo, como acostumbra. De hecho estuvo allí la noche en que Eduardo Eurnekian y Guillermo Francos cenaron a solas y reavivaron los rumores de que el hombre del Bapro podría emigrar hacia el sector aeroportuario. Entre chipirones, pastas y estofado, en otra mesa del lugar, el eurodiputado Santiago Fisas Ayxelá recibía el agasajo de un grupo de legisladores y funcionarios porteños, como Oscar Moscariello, Jorge Garayalde, Pablo Clusellas y Pablo Garzonio, entre otros dirigentes del Partido Popular de España y propio presidente del PP en Argentina, Fernando López Pereira.

Cena y contrato. En otra jornada, pero en la misma mesa que ocuparon Eurnekian y Francos –y con pantagruélica cena de por medio–, Carlos Abdo y Leonardo Madelón ultimaron los detalles del contrato que vincula al flamante DT con San Lorenzo.

Izquierda unida. Según la geometría proyectiva, todo par de rectas se cortan en algún punto. Y según el espectáculo que haya en el Teatro Argentino de La Plata, Christian Castillo también se junta con la “crème de la crème”, pues allí el dirigente del Frente de Izquierda posee inmejorable ubicación desde donde días atrás se lo vio disfrutar con su mujer de la ópera Don Carlos.

Ruptura cívica. Hay quienes creían que la Coalición Cívica había tocado fondo luego del penoso resultado en las últimas elecciones. Sin embargo, parece que lo que sucedió el 23 de octubre fue que al espacio que lideraba Elisa Carrió lo han empujado al vacío y todavía no termina de caer. A los problemas internos –pases de factura incluidos– y enfrentamientos por haber sido Patricia Bullrich la única candidata que resultó electa diputada, se sumó en los últimos días el alejamiento del partido de la agrupación Colectivo por la Igualdad. La separación del espacio, que entre otros integra el ex legislador porteño Facundo Di Filippo, se anunció con una dura carta que se dirigía implícitamente –pero con dureza– a Carrió: “Este partido –al que muchos vimos nacer y al que le entregamos años de militancia– ha incurrido cada vez con mayor intensidad hacia su propio interior, en prácticas de poder irracionales y contradictorias con los principios que declama y exige a otros”, rezaba parte de la misiva.

Siguen participando. En franco ascenso dentro del PRO, se escuchó a dos referentes de Propuesta Peronista comentar que a partir de marzo de 2012 comenzarán a caminar el país para instalar a Macri como candidato a presidente en 2015. Según se especuló en esa misma mesa chica, la sorpresa para ese entonces será la inclusión al espacio de un dirigente de raíces peronistas –hoy aliado al kirchnerismo– que planea mudarse hacia estas filas.

Radioteatro. Que los mayores escándalos se hayan desatado últimamente en distintos estudios de televisión no quiere decir que la radio esté exenta. De hecho, desde que se confirmó la visita del consejero Alejandro Fargosi al programa dominical de Jorge Rizzo–, presidente del Colegio Público de Abogados porteño–no son pocos los que piensan que hoy la jornada puede terminar como aquel recordado mediodía entre Mauro Viale y Alberto Samid.

Hombre clave. Juan Carlos López Mena parecía James Bond. El Yacht Club Argentino se había vestido de gala para el evento en el que el empresario iba a ser condecorado por la Federación Internacional de Ligas y Asociaciones Navales y Marítimas. Sin embargo, la medalla de oro que recibió quedó como un condimento más de la jornada: como puntapié inicial de la temporada 2012 se anunció la compra de un barco que, según explicó, “va a funcionar con un nuevo sistema de propulsión”, cuyos detalles “están bajo estricto secreto de confidencialidad”. Esa noche alguien recordó lo que dice un funcionario uruguayo cuando se refiere, con humor, a este empresario: “Nadie se imagina cuán clave es López Mena en las elecciones, una de sus naves no funciona ese domingo y el comicio se posterga porque la mitad del electorado no puede viajar.”

Canje místico. El conductor Claudio María Domínguez divide a la tribuna entre los que consideran auténtica su espiritualidad y los que creen que es un simple charlatán. Esta sección prefiere quedar al margen de esa disputa pero puede dar cuenta del tesón que le imprime el hombre a todo lo que se propone. Días atrás Domínguez marcó el teléfono y, con envidiables recursos discursivos, consiguió fabuloso canje para lentes nuevos en reconocida óptica de Villa Devoto por la que también suelen desfilar varias figuras de Radio 10.