El domingo el Gobierno decidió suspender las clases por al menos 14 días hasta el 31 de marzo para evitar la propagación del coronavirus que afecta al mundo entero. La misma medida de cerrar las escuelas ya fue tomada por otros 73 países y esto genera que más de 516 millones de alumnos se queden en sus casas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se trata de una decisión indispensable pero no sin altos costos sociales y económicos. Además, el cierre de las escuelas no afecta a la población escolar por igual, pero es particularmente oneroso para los niños y las familias desfavorecidas.
Debido a esta pandemia que obliga a gran parte de la población a realizar cuarentena, la agencia de las Naciones Unidas se compromete a apoyar a los países que se esfuerzan por minimizar los efectos en la enseñanza y facilitar la continuidad de la enseñanza a distancia, consignó la agencia ANSA Latina.
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El cierre de las instituciones educativas que afecta a toda la comunidad es particularmente dañino en algunos países y para los niños y familias desfavorecidos, insiste la organización. Para crear conciencia sobre la gravedad de esta situación y comprometer a las instituciones educativas a promover la educación a distancia, la UNESCO ha compilado una lista de razones por las cuales el cierre de escuelas es "un daño grave".
Ir a la escuela, subraya la agencia de la ONU, en primer lugar, garantiza a los estudiantes la oportunidad de desarrollar sus habilidades, especialmente para aquellos que no tienen oportunidades educativas fuera del aula. No debe subestimarse cuántos niños y jóvenes en el mundo sobreviven gracias a la comida que proporciona la escuela, por lo que el cierre de las aulas afecta negativamente su nutrición.
Los niños de familias desfavorecidas también tienen dificultades para continuar el aprendizaje a distancia debido a la falta de ayudas tecnológicas, una buena conexión a Internet y la falta de ayuda de los padres cuyo nivel educativo es bajo y sus recursos financieros son limitados.
Además, en ausencia de otras soluciones, los padres que trabajan, cuando la escuela está cerrada, no tienen más remedio que dejar a los niños solos en casa. "Esto los expone al riesgo de comportamientos peligrosos, pero también a la influencia negativa de sus compañeros, por ejemplo, por el uso de drogas", subraya la UNESCO. Por su lado, este lunes, el Gobierno argentino le permitió a esta clase de padres que no tienen con quien dejar a sus hijos, pedir licencia.
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Finalmente, la UNESCO señala que, en un entorno desfavorecido, existe el riesgo de que sea difícil para los niños y jóvenes regresar al aula después de un largo período de cierre de la escuela. Es por eso que la directora de la UNESCO, Audrey Azoulay, se ha comprometido a trabajar con los estados para encontrar soluciones de alta tecnología, baja tecnología y no tecnología para garantizar la continuidad del aprendizaje.
ED / DS