“Pregúntenle a la reina Isabel II si ella vale menos que sus antecesores reyes”. No se trata de un reclamo antimonárquico ni de un escándalo que involucre a la familia real británica: Maayan, una adolescente de Tel Aviv, Israel, le preguntó a su papá durante unas vacaciones familiares hace tres años: “¿Por qué el rey siempre vale más que la reina?” mientras jugaban a las cartas con un mazo de los que se usan para, por ejemplo, jugar al poker.
El padre no supo qué contestarle. Y nació un proyecto para el que necesitaban juntar unos 10 mil dólares… y para el que ya recaudaron casi medio millón. Lo bautizaron Queeng Playing Cards, y se trata de un juego de cartas con perspectiva de género, en el cual las figuras son intercambiables. Según su creadora, además, es una “versión aggiornada del clásico mazo para jugar”.
“A través del juego, descubrí otro lado de mi papá y él decidió que yo podía empezar a entender un poco más sobre los procesos para poder cambiar algo que me parecía que estaba mal. No quería dejar que la gente siguiera jugando con estas cartas tan antiguas, que no representan la equidad de género ni las posibilidades que las mujeres tenemos ahora, así que armamos figuras nuevas -como una joker- e intercambiamos algunas palabras para que no designen género y, como consecuencia, más valor a algunas cartas que a otras”, explica en un video en el que cuenta el proyecto y ofrece las cartas, que pueden sólo conseguirse online.
Así, el nombre del mazo -Queeng- nace de la unión de la palabra “queen” (reina, en inglés) y la terminación de la palabra “king” (rey), para generar esta idea de una sola identificación posible para cualquier género. Las cartas están ilustradas a mano y Maayan las eligió ella misma.
Las cartas cambiaron su denominación: a los reyes -la letra K, los que tienen más valor en el mazo- les puso “monarcas”, así no denotan género. “Monarca puede ser tanto masculino como femenino”, explica. Las ex reinas -representadas por la letra Q- son ahora “duques” o “duquesas”, para poder tener “tanto una figura de varón como una de mujer”, agrega. Y los Jack (o “jotas”) fueron reemplazados por “principes” y “princesas”.
“Queremos que todas y todos participen en cambiar y adaptar un juego que muchas generaciones han amado por siglos a la época actual. ¡Tenemos que adaptarlo a nuestro tiempo, nuestra forma de pensar y nuestra sociedad, que por fin es inclusiva!”, se entusiasma la creadora del juego.