SOCIEDAD
1 de mayo

Cuál fue el primer trabajo de los famosos

Un vendedor de escobas y un sodero, una celadora, un disc jockey y un músico callejero. Vea cómo empezaron. Galería de fotos. Galería de fotos

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| Cedoc

Antes de saltar a la fama, muchos famosos buscaron distintas maneras de ganarse la vida. Perfil.com quiso conocer el comienzo de actores, actrices, periodistas y políticos que empezaron desde muy abajo, llegaron a triunfar y ahora trabajan en lo que más les gusta.

Ernestina Pais, la nueva conductora del programa “CQC”, era celadora en transportes escolares. El conductor de “Operanción Triunfo”, Alejandro Marley comenzó como cajero en un supermercado y fue traductor a los 16 años. Gabriel Schulz se inició como discjockey cuando iba a quinto año del secundario: “lo hice todos los sábados durante diez años, después vendí calcomanías en los colectivos, planes de ahorros para electrodomésticos, perfumes, fui encargado de un laboratorio de computación en una escuela secundaria y en el año '89 empecé con la radio”.

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“Mi primer trabajo fue a los 15 años, era cadete de un taller mecánico que vendía autopartes para taxis, llevaba cintas de freno y campanas a rectificar. Trabajaba todos los días, quedaba a una cuadra y media de mi casa. Me pagaban $ 25 por semana. Pasé por muchos trabajos antes de llegar a la tele”, cuenta Ronnie Arias. En el mismo ramo se desempeñó Moisés Ikonikoff: estudiaba administración en la Escuela de Comercio de Carlos Pellegrini y a la tarde trabajaba como ayudante de contador “fue hace 60 años, le llevaba los libros a una casa de venta de repuestos de automóviles, tenía 16 años.”

Pablo Echarri fue cadete, empleado en una tienda de ropa y vendió bijouterie en la calle para subsistir antes de convertirse en un conocido actor. Arnaldo André fue cartero a los 11 años en San Bernardino, Paraguay. Facundo Arana, tocaba el saxo en una estación de subte hasta que un día lo vio un productor y lo llevó a un casting de canal 13, donde terminó debutando como “Ramiro” en “Canto rodado”, a principios de los '90.

La Tota Santillán comenzó como vendedor de escobas en Morón, cuando tenía tan solo 11 años. Hoy está a punto de comenzar una obra junto a Nazarena Vélez que se llamará “Celebra la risa, celebra la vida” mientras que el  ex participante de la casa de “Gran Hermano”, Santiago Almeyda, comenzó a los 17 años era sastre y cortaba telas en su casa.

La entrerriana Maju Lozano era promotora del TC 2000, boliches y bancos. Lo hizo hasta que decidió probar suerte en Buenos Aires. Gladys Fiorimonte debutó a los 20 años en el Teatro San Martín. Teté Cosutarot, terminó el secundario a los 16 años, en Río Negro y se fue a estudiar a La Plata donde trabajó como promotora en un negocio de electrodomésticos. Maru Botana sabía lo que quería desde chica: vendía tortas a los 12 años: “Una vez había preparado tantas tortas en mi casa que ya no se podía ni subir las escaleras y de golpe se me desintegró el horno”, cuenta.

Luis Majul comenzó muy temprano: a los 13 años trabajó durante el verano como ayudante en la óptica de un amigo del padre, armando anteojos. “Era un trabajo de verano y como era lejos de mi casa, porque vivía en Chacarita y mi trabajo quedaba en Paternal, me dormía en el colectivo y me pasaba de largo. Me pagaban como para el salidas del fin de semana”, dijo. También fue cadete en un estudio jurídico, trabajó en una inmobiliaria y en una revista. “Mi padre siempre me decía aunque uno no tuviera mucho dinero, siempre tenia que tener plata para un buen par de zapatos y buen perfume”.

Otro es Santiago Montoya, armaba plaquetas de amplificadores cuando tenia 15 años, luego hizo una diplomatura técnica de radio y televisión en la ciudad de Córdoba, allá por el año '75.

Ari Paluch, siguió los consejos de su padre “a mi papá se la había ocurrido vender postales del conurbano bonaerense. Tomaba el tren todas las mañanas, me iba para zona norte y oeste y las vendía a los negocios, tenía 17 años. No me fue muy bien económicamente pero fue buen antecedente porque me dio cierta gimnasia como vendedor que después me sirvió para incursionarme en la venta de juguetes, que fue lo que me ayudó para pagarme la carrera de periodismo”.

(*) redactora de perfil.com