El mexicano Jesús Martínez Espinoza, detenido como presunto líder de una banda de narcos, negó ayer las acusaciones en su contra ante la Justicia federal, mientras el empresario Hernán De Carli, cuya fastuosa casa-quinta en General Rodríguez fue allanada la semana pasada, volvió al país desde Uruguay y quedó detenido a la espera de ser indagado mañana.
Martínez Espinoza continuaba declarando esta noche ante el juez de Zárate-Campana Federico Faggionato Márquez, en una audiencia que comenzó a las 15, en el marco de la investigación que lo señala como presunto jefe narco a raíz de un allanamiento a una casaquinta suya en Ingeniero Maschwitz, donde se secuestró efedrina que, según las pesquisas, sería utilizada para elaborar metanfetaminas.
El mexicano, de 49 años, llegó al país el viernes pasado extraditado de Paraguay, donde fue detenido el 2 de octubre pasado, con la identidad de Jesús Preciado, cuando tenía pedido de captura de Argentina. El hombre fue llevado ayer al mediodía al juzgado de Zárate-Campana desde el Complejo Penitenciario de Ezeiza.
Según trascendió de fuentes del caso, Martínez Espinoza, patrocinado por su abogado Francisco Chiarelli, "negó su responsabilidad en los cargos" en los que el juez le atribuye el rol de jefe de una banda traficante de estupefacientes.
En el juzgado estuvo una de sus hijas, Jessica (19), quien llegó la semana pasada al país desde México para seguir de cerca la situación de su padre, a quien defendió de las acusaciones en los medios de prensa y a través de una página de Internet.
En el pedido de exención de prisión que había presentado su abogado y que fue denegado por el juez, se indicó que en marzo pasado otro mexicano, oriundo de la ciudad de León, Marco Aurelio Lailson Rizo, a quien definió con una persona con muchos contactos en Buenos Aires, le había pedido alquilarle dos habitaciones de la casaquinta porque quería acopiar cosméticos femeninos para exportarlos a su país.
Según el escrito, diez días antes del allanamiento, al enterarse de que las actividades que se iban a realizar no habrían sido legales, discutió con Lailson Rizo y le exigió que se llevara la mercadería almacenada.
En tanto, De Carli, un empresario involucrado en los últimos días en la causa, llegó al país esta tarde en un ferry desde la ciudad uruguaya de Colonia y quedó detenido a disposición Faggionato Márquez, quien prevé indagarlo mañana a las 9.
El nombre del empresario, quien pasa la mayor parte de su residencia en Miami, quedó implicado luego de que se allanó una mansión suya en General Rodríguez, el mismo distrito donde el 13 de agosto pasado fueron encontrados asesinados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyas muertes se relacionan con la venta ilegal de efedrina.
El arribo de De Carli fue detectado en la lista de pasajeros que llegaban en una embarcación; los agentes de la Aduana avisaron a los agentes de Prefectura, que procedieron a identificarlo y demorarlo, tras lo cual fue trasladado a la delegación Zárate-Campana de la Dirección de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas.
Un testigo de identidad reservada que declaró en la causa había dicho que, según comentarios de terceros, la camioneta Dodge Ram de De Carli había sido vista en la zona donde fueron encontrados los cadáveres y que le habían sacado una foto con la cámara de un teléfono celular. "Pero ni la supuesta foto ni esa tercera persona aparecieron", señaló el defensor Gustavo Hechem. Añadió que para la fecha de las muertes "tengo entendido que (su defendido) estaba en Miami".
Además, indicó que "tanto la madre, el padre, el hermano y él mismo dijo en una nota" periodística que "nunca le prestó la camioneta a nadie cuando él no estaba en el país, y mucho menos cuando estaba".
Hechem pidió que se le amplíe la declaración indagatoria a Miguel Angel Lombardi, un ex agente penitenciario detenido en la casa donde realizaba tareas de custodia, para que aclare una diferencia de horario sobre el viaje que hicieron con la camioneta a Clorinda (Formosa), desde donde fueron a Paraguay.
"Surgió una diferencia entre el horario de entrada y salida, entre lo declarado y los registros que queremos aclarar. Quisieron pasar la camioneta pero como no se lo permitieron durmieron acá (por Clorinda) y volvieron a la mañana siguiente", a Paraguay, donde, según el letrado, De Carli fue a realizar un negocio con hierro que "no se concretó", añadió el abogado.
En las únicas declaraciones públicas que hizo, De Carli dijo ayer que no conoce a las víctimas del triple crimen, ni a personas vinculadas con el tráfico de efedrina.
Fuente: DYN