Los docentes de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) están de paro hace 85 días, medida que afecta a gran parte de los 70 mil estudiantes que concurren a esa institución. Reclaman un adicional de emergencia de $ 2.000 mensuales –que mejore el acuerdo salarial alcanzado– y la convocatoria a una Asamblea Universitaria donde debatir la reforma del estatuto y la implementación de la carrera docente (que se realizaría en octubre).
El paro fue convocado primero por la Conadu Histórica, en el marco de las paritarias salariales, que culminaron con un acuerdo del 28% de aumento en dos tramos acumulativos, contra el 40% retroactivo a enero que exigían los docentes. Y si bien no todas las facultades adhieren a la medida, desde la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (Adiunt), sostienen que entre el 60 y el 70% de los docentes no está dando clases.
“La semana pasada empezamos el trámite de conciliación voluntaria, donde el Ministerio de Trabajo de la Nación y la Universidad acordaron empezar la negociación, pero el lunes hubo otra reunión y el Ministerio de Trabajo de la provincia dictó la conciliación obligatoria, algo que no pueden hacer”, explica Walter Díaz, de Adiunt. Desde la UNT dicen, en cambio, que el pedido de conciliación obligatoria se hizo tanto a la Provincia como a la Nación, y que los docentes no asistieron a la reunión donde estaban presentes delegados nacionales del ministerio. “El problema es que piden un aumento de emergencia, y la universidad tiene fondos limitados. La pauta salarial es la misma para todas las universidades nacionales, sólo Tucumán está en conflicto”, explica por su parte Rodolfo Burgos, subsecretario de Legal y Técnica de la UNT. Ayer, las autoridades académicas formularon una propuesta de un adicional de $ 1.000 mensuales que los docentes analizarán en asamblea el martes.
En tanto, un grupo de alumnos que apoya el paro mantiene tomado el Rectorado desde hace dos semanas, donde el miércoles se produjo un fuerte enfrentamiento cuando el personal de seguridad intentó entrar al lugar. Allí también había otro grupo de estudiantes que se manifestaban contra el paro. “Nosotros discutimos cómo comportarnos, pero superó nuestras previsiones, fue muy violento”, dice Mauricio Bravo, estudiante que dirige la toma. Benjamin Villafañe, otro alumno, cree que a esta altura “el daño producido por la medida es muy fuerte”, y explica que muchos hablan de “crisis” en vez de “paro”.