Sugestivamente titulada con las siglas de los pares de la bases de nucleótidos que componen el ADN (citosina, timina, adenina y guanina), Gattaca presentó un “mundo feliz”, en el que hombres y mujeres son más sanos, más fuertes y viven más tiempo. Y en el que la reproducción sexual está abolida.
En la película, los hijos son elegidos a partir de ciertas características genéticas para evitar desde defectos físicos, como la calvicie o la miopía, hasta de conducta, como el alcoholismo. Esto último resulta problemático debido a que las conductas no están relacionadas –al menos no directamente– con el paquete genético de cada individuo.
Más allá del mundo que presenta, la historia es banal: el protagonista, Ethan Hawke, desterrado de la casta de los mejores por haber nacido en forma “natural”, tiene que ingeniárselas para hacerse pasar por uno de los elegidos.