El exrey de Malasia, que en enero renunció al trono para casarse con una modelo rusa, sorprendió esta semana al anunciar su divorcio: el trámite fue breve, ya que la ley del país permite al hombre disolver el matrimonio de manera unilateral pronunciando tres vecces la expresión talaq. La noticia trascendió pocas semanas después del nacimiento de un hijo, según el diario singapurense Straits Times, que afirmó que la separación se registró como definitivo el 1 de julio.
Entrevistado por el mismo medio, el abogado del sultán confirmó que el divorcio se realizó con arreglo a las normas que impone la Sharia, siguiendo el procedimiento del triple repudio ante la presencia de dos testigos musulmanes. Ahora, la exreina Rihanna está viviendo con su bebé en un departamento en Moscú, gentileza del sultán y dice haber sido víctima de "muchas calumnias".
El abogado despertó la curiosidad al insinuar que el sultán Muhammad V no es el padre del niño nacido el 22 de mayo. "No hay evidencias objetivas acerca de quién es el padre biológico del niño", dijo. El bebé de dos meses sería oficialmente el heredero del trono de Kelantan.
Esta afirmación podría explicar el motivo del fulminante divorcio, apenas siete meses después de una boda por sorpresa con la que Mohamed V desafió las convenciones de la tradición monárquica malaya y que, se rumorea, fue el principal motivo que le llevó a convertirse en el primer rey de esa nación en abdicar, lo que hizo en enero de este año. En respuesta a la acusación, la esposa repudiada dijo que se siente "orgullosa de la sangre malaya que fluye por las venas" de su bebé.
El certificado de divorcio, que lleva el escudo del estado de Kelantan, documenta que se trató de un divorcio talaq tiga, también conocido como talaq baayin, una especie de repudio o divorcio irrevocable, que es considerado el divorcio más grave en la fe islámica. El documento, en el que la antigua "sultana Rihana" aparece mencionada con su apellido ruso, Gorbatenko, fue firmado un mes después de que naciera el primer hijo de la pareja, el príncipe Ismail Leon Petra Bin Tengku Muhammad Faris Petra. El abogado de la exreina dijo por su parte al Strait Times que "ella se casó por amor" y que "el divorcio es solo una información sensacionalista", negando su existencia.
De reina amada a reina repudiada
La noticia fue tan sorprendente como el repudio, que conmocionó incluso a la reina: "No me dieron ninguna advertencia de divorcio", dijo, según informes del dairio Malaysiakini.
Este final abrupto ocurre a pesar de que la ex Miss Moscú y estrella de un reality show, Rihanna Oksana Voevodina, manifestara lo feliz que estaba con su matrimonio de "cuento de hadas" en publicaciones recientes en las redes sociales. Antes de su boda, la chica, hija de un cirujano ortopédico y una modelo, era conocida por ser ganadora del concurso Miss Moscú en 2015.
La pareja se casó el 7 de junio del año pasado en una ceremonia musulmana que no se hizo pública en Malasia y cuyas escasas informaciones llegaron al país gracias a las redes sociales. Voevodina, de 25 años, se convirtió al Islam y adoptó el nombre musulmán de Rihanna para ser entronizada como la "raja permaisuri" o sultana de Kelantan.
La relación entre el sultán y rey de Malasia salió a la luz cuando celebraron una lujosa segunda boda en una sala de conciertos de Moscú, lo que sorprendió a los súbditos malasios. Sin embargo, el matrimonio entre el sultán y la modelo no cayó nada bien al gobierno malayo: el 1 de enero de este año, Muhammad V abdicó al trono a causa de la oposición a su boda.
La noticia de la boda real fue tan sorprendente como el repudio, que conmocionó incluso a la reina: "No me dieron ninguna advertencia de divorcio", dijo, según informes del dairio Malaysiakini. "Estaba en Rusia con mi hijo. No estuvimos en Singapur en junio por ningún proceso de divorcio", dijo la exreina, que se negó a aceptar una decisión que, en el Islam, solo depende del marido: "Este es un acto de provocación, nunca nos hemos divorciado".
"Me encargaré de él y, por supuesto, quiero ser la última persona en su vida y quiero vivir con él hasta el final de mi vida", dijo la sultana una semana antes de ser repudiada.
Aunque el sultán Muhammad V, de 49 años, hizo pocas apariciones en público desde que dejó de ser el Rey de Malasia el 6 de enero, su joven esposa se convirtió en toda una celebridad para la población de Kelantan por su exposición en Instagram. "Para muchas personas, la historia de nuestro primer encuentro con mi esposo sigue siendo un misterio", escribió en una publicación que reunió más de 51.000 likes.
Los malayos que comentan sobre sus publicaciones habían logrado romper los prejuicios tradicionales y se referían a ella como "Su Alteza" y "Mi reina". Otros la criticaban por ser tan liberal en un estado dominado por el conservadurismo y que impone reglas tales como cajas separadas para hombres y mujeres en los supermercados.
Al describir su primer encuentro en la primavera de 2017, mientras estaba en Europa, la sultana dijo: "Se presentó como rey de Malasia. Lo tomé como una broma y respondí en broma que yo también era la reina de Moscú". "El hombre que realmente ama a su mujer hará todo por su amada", publicó ella, y agregó: "Durante el embarazo le daría mayor atención, regalos y atención a su esposa".
En una publicación del 6 de julio, relató detalles del romance de cuento de hadas y describió cómo el sultán confesó que se había enamorado de ella a primera vista y que hablaban por teléfono todos los días a pesar de estar separados por continentes. Una semana antes del anuncio de su repudio, en un video, la joven sultana le había prometido amor eterno: "Me encargaré de él y, por supuesto, quiero ser la última persona en su vida y quiero vivir con él hasta el final de mi vida".