La historia no es nueva. Luego de un fin de semana de lluvias constantes e intensas, se registraron inundaciones en varios municipios, principalmente de las provincias de Buenos Aires y La Pampa. Si bien el Servicio Meteorológico Nacional anunció que comienzan a mejorar las condiciones climáticas, los destrozos provocados durante los últimos dos días tardarán un tiempo más en solucionarse.
El temporal afectó a gran parte del Conurbano bonaerense. Quilmes, Florencio Varela, Avellaneda, La Matanza, Berazategui, Pilar, Morón y General Rodríguez fueron algunos de los partidos más perjudicados.
Por su parte, en La Plata cayeron, sólo en la madrugada del domingo, entre 40 y 60 milímetros de agua. También se registraron fuertes vientos que tumbaron árboles, arrastrando cables de tendido eléctrico.
La zona centro oeste de la Provincia también padeció el efecto de las tormentas, con zonas donde las precipitaciones alcanzaron los 90 milímetros. El temporal provocó nuevas pérdidas en trigo y dificultades para la ganadería.
La Pampa también fue severamente afectada por las lluvias, a tal punto que la localidad de Rancul quedó aislada luego de que todos los caminos que la conectan con otras ciudades quedaran bajo agua. La situación se debió a que la ruta nacional 188 se encuentra cortada desde hace cuatro meses y los caminos alternativos que se usaban durante estas semanas quedaron bajo agua por las precipitaciones.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, declaró el domingo al canal TN que el Gobierno “va corriendo detrás del problema” de las inundaciones, y aseguró: "Es increíble que esto que se veía venir hace mucho tiempo no haya tenido respuesta. No encontramos ni una obra del Estado que pudiera prevenir el cambio climático".
Asimismo, estimó “en unos tres años” la finalización de obras que “resuelvan el problema”. "Estamos haciendo obras que nunca se hicieron y vamos a garantizar que no se inunden más. Estas lluvias estos días caen sobre lugares ya llenos de agua y posterga la posibilidad de ingresar con máquinas".