Una vez al año, ciudades de países de América del Norte, especialmente en Estados Unidos, aparecen adornadas por completo con calabazas. Y es que para quienes viven allí, la noche del 31 de octubre no es una más, sino que se trata de una fecha muy esperada por niños y adultos: Halloween (también conocido como Noche de Brujas) La festividad, cuyo origen es europeo y se basa en el regreso de los muertos al mundo de los vivos, cobra gran notoriedad dado que familias completas se disfrazan y ornamentan sus casas con peculiares detalles terroríficos. Esta moda "importada" que tiene muchos años, gana cada vez más interesados en la Argentina. Ahora bien ¿qué visión tiene la Iglesia Católica sobre esta celebración?
Consultado por PERFIL el padre Fabián Báez, párroco de María Reina de Villa Urquiza, aclaró que si bien "no hay una posición oficial de la Iglesia al respecto", precisó: "Nosotros entendemos que todo lo que de alguna manera tenga un contenido que no sea luminoso no es bueno, pero con Halloween hay que comprender que por un lado tiene que ver con un festejo popular que la gente por ahí desconoce un poco el trasfondo. Todo lo que sea celebrativo es bueno, pero también puede generar un poco de preguntas de qué es lo que se celebra; o se quiere recordar; o bien si es un culto a la muerte o esto que puede tomarse como amenaza, lo del 'dulce o truco'. Creo que es un fenómeno muy complejo".
En ese marco, el religioso agregó: "Entendemos también que ese día, la víspera del 1 de noviembre, la Iglesia recuerda a todos los fieles difuntos y para nosotros está físicamente ese día es recordar la promesa que nos dijo Cristo de que la vida no se termina, sino que la vida es para siempre. Más allá de la festividad de Halloween que pertenece a otra cultura, ese día tratamos de renovar la esperanza en la vida eterna de la que habla Cristo que no es solamente una vida futura, sino que también es aprender a vivir esta vida acá, generando amor; paz; perdón; encuentro y fraternidad. Eso celebramos recordando porque es el día de los fieles difuntos, que la vida no se termina".
Los celtas creían que en la noche del 31 de octubre las almas de los muertos regresaban a nuestro mundo.
Un origen europeo. El festejo era conocido en los primeros tiempos como Samhain (que puede traducirse como fin del verano) y en el mismo se refería a la celebración del fin de la temporada de cosechas. De esta forma, se daba comienzo al 'año nuevo celta'. Los habitantes de ese pueblo creían que en la noche del 31 de octubre las almas de los muertos regresaban a nuestro mundo. Por eso, y para no ser atacados por las mismas, la gente se disfrazaba con máscaras y ropas tétricas para pasar como uno más de ellos.
De esta manera comenzó esta tradición que los romanos adoptaron cuando invadieron el pueblo celta, y la que luego pasó a los irlandeses. Después, esta costumbre fue trasladada desde Europa hacia América del Norte, donde en la actualidad se pueden observar grandes preparativos para celebrarla.
En Estados Unidos. El primer desfile masivo con motivo de Halloween tuvo lugar la ciudad de Minnesota en el año 1921. Desde entonces, si bien ha tenido algunas variaciones, conserva su esencia principal: "El paso del día de los vivos al día de los muertos".
Decoración. No es un tema menor la ambientación para celebrar la Noche de Brujas. Tal es así que además de las calabazas iluminadas; en los hogares se suelen apreciar telas de arañas, murciélagos, búhos y espantapájaros, todos símbolos que buscan ahuyentar a los espíritus malignos que durante esta fecha se cree que visitan el mundo de los vivos.
Por qué se iluminan calabazas. Los frentes de las casas suelen estar adornados con estas hortalizas, a las cuales se les tallan ojos y una boca; y se les suele colocar dentro una vela. Esto hace referencia a una vieja leyenda celta que habla de un irlandés considerado muy tacaño, cuyo nombre era Jack, y quien engañó al mismísimo Diablo para que no reclamara su alma y lo llevara al Infierno. Pese a ello, cuando murió tampoco no entrar en el cielo; por lo que deambuló entre los dos reinos con una linterna armada con velas y nabos. Asimismo, se solía decir que el uso de esta lumbre ayuda a los espíritus a encontrar el camino.
Truco o trato (o bien, dulce o truco). La historia dice que, en la celebración celta, a las almas que deambulaban cada 31 de octubre se les ofrecía algún tipo de dulce con el único objetivo de entretenerlos y agradarles; y además para que no desatasen su furia contra los vivos. De allí surge el famoso 'truco o trato'. En la actualidad, los pequeños recorren las calles de sus vecindarios disfrazados y piden golosinas puerta por puerta. Sin embargo, hay explicación para ello e involucra al ya mencionado Jack; dado que la leyenda celta afirma que su espíritu iba de casa en casa y solicitaba "truco o trato" y lo más recomendable claro, era hacer un pacto con él y evitar de este modo una maldición al hogar.
Tan popular es esta festividad en Estados Unidos, que el cine la incorporó en decenas de películas. Una emblemática es el film 'La noche de Halloween' del director John Carpenter. Pero a su vez están: Night of the Demons, Trick 'r Treat; Tales of Halloween y Night of the Demons, entre tantas.
Además, la mayoría de las sitcoms de ese país han dedicado más de un capítulo a esta festividad; y aquellos que se disfrazan no lo hacen siempre de alguien relacionado al terror, sino más bien apelan a trajes de superhéroes o de personajes de ficción de los "buenos", por así decirlo.