Las calles Alem y San Martín fueron durante años los centros comerciales más fuertes de Mar del Plata, una más chic y la otra más popular. Luego se sumó la calle Güemes y su zona aledaña, con una amplia oferta de tiendas y restaurantes.
Después de años de abandono y de haber sido ocupado el predio por vendedores ambulantes, la ex terminal de micros se convirtió en un moderno shopping con galería de arte, el Paseo Aldrey, sumando a la ciudad un atractivo más en una zona que había desmejorado no sólo para los turistas, sino también para los marplatenses.
La transformación llevó años y no pocas discusiones por el destino del predio, de dos manzanas, pero finalmente en noviembre de 2015 se inauguró. Más de 100 locales comerciales, patio de comidas, 500 cocheras, y un espacio para la difusión cultural, con un patio central en el que se instaló una escultura, Mujer reclinada, del colombiano Fernando Botero.
Desde la mudanza de la terminal de micros, la zona aledaña a lo que hoy es el centro comercial había sufrido una transformación negativa. Muchos de los hoteles de bajo costo cerraron sus puertas porque eran para los turistas de menores ingresos una opción de primera mano. Por eso, más allá de la novedad de contar en el área con salas de cine, el flujo de turistas con mejor poder adquisitivo es muy positivo.
“El cambio ya se nota, aunque el barrio deberá renovarse también”, cuenta Laura, encargada de una boutique a cien metros del shopping. “Desde la inauguración se nota un mayor movimiento, pero de todas maneras los comercios lindantes deberán adaptarse y levantar el target para acompañar la mejora que para el barrio representa esta afluencia de público de mayor poder adquisitivo”, sostiene la comerciante.
Y reclama más seguridad en la zona: “muchos marplatenses evitábamos esta zona y también los turistas. Ahora, es clave que haya más seguridad. Continúa siendo complicado por los robos”, alerta.
En el Paseo Aldrey conviven tiendas marplatenses, como Hanna, con otras más reconocidas como Perramus o Juanita Jo, que apuntan al mercado de clase media y alta. El mismo target que la calle Güemes. Pero, por ahora, la presencia del shopping no parece afectar a esa zona comercial, ubicada a cinco cuadras.
“No notamos que haya menos gente caminando ni que nuestras ventas bajaran por el shopping”, dice Cecilia, responsable de una tienda de ropa sobre Güemes. “La realidad es que la temporada no levanta; y ése es el problema actual”, añade.