Con la intención de disfrutar las mejores vistas que devuelven tanto la Ciudad como el Río de la Plata, Buenos Aires se prepara para erigir su primera rueda de la fortuna o noria-mirador. Un proyecto impulsado por la Corporación Puerto Madero que, desde un primer momento, contó con el visto bueno tanto del gobierno porteño como del de Nación.
De esta manera, Buenos Aires busca parecerse a las grandes ciudades del mundo, como Londres, París, Tokio o Singapur, que ya cuentan con este tipo de atracción, ideal para atraer turistas (ver aparte).
En este caso, la Rueda de Buenos Aires –tal como se denominará a la atracción– se instalará en el espejo de agua del Dique 1 de ese barrio, sobre una plataforma apoyada en pilotes de concreto y se construirá en forma paralela al paseo peatonal Juana Manuela Gorriti, en el sudoeste del Dique 1.
Las obras de instalación comenzarán este año y se prevé su inauguración para marzo de 2019. La empresa adjudicataria de su construcción es RDBA, de la que su referente es el empresario Hernán de Laurente.
Respecto de las características de la futura rueda, tendrá un peso de 488 toneladas y medirá unos 82 metros de alto. Las cabinas serán cerradas con capacidad para ocho personas que podrán disfrutar de las increíbles vistas a 360 grados, con aire acondicionado y wi-fi. El exterior estará recubierto con un sistema decorativo de luces LED, que de noche la harán visible casi desde la otra punta de la Capital Federal.
Según pudo averiguar PERFIL, los desarrolladores de la rueda estiman cobrar el acceso unos diez dólares. En este sentido, y para tener una idea referencial del precio, por este tiempo subir al London Eye cuesta unos treinta dólares aproximadamente. La novedad del acuerdo se conoció esta semana, luego de que la Corporación Puerto Madero aprobara el proyecto presentado por la firma RDBA tras un llamado a licitación pública que se realizó el año pasado y en la que solo se presentó una oferta. La empresa ganadora financiará la totalidad de su construcción y a su vez abonará un canon por la utilización del espacio.
De acuerdo con fuentes ligadas a la operación consultadas por este diario, la intención original de RDBA era construirla sobre tierra firme.
Antecedentes. Sin embargo, la falta de un predio con las características necesarias para montar una rueda de esa altura, además de los valores del metro cuadrado que se manejan actualmente en el mercado inmobiliario de la zona, obligó a esta empresa a instalarla en el agua. “Desde un primer momento pensaron en Puerto Madero. Es un lugar estratégico de la Ciudad y devuelve las mejores vistas ya que el paisaje que rodea a la zona es increíble”, aseguró la fuente a PERFIL. “La propuesta, además, toma otra relevancia si se tiene en cuenta la construcción del Paseo del Bajo y el parque de 60 mil metros cuadrados”, agregó.
Allegados al proyecto también señalaron que el desarrollo de la rueda es una idea que vienen trabajando en RDBA desde hace dos años. “Las ruedas salieron de los parques de diversiones y se convirtieron en una atracción en sí mismas, al punto de darle una identidad propia a la ciudad en la se encuentran. Buenos Aires tiene un gran potencial en este tipo de proyectos y al mismo tiempo para esta empresa es una buena punta de lanza para desarrollarse en la industria del entretenimiento porteña”, revelaron desde el entorno de la firma.
La instalación de esta atracción es un viejo anhelo que guardaba la Corporación al punto de llegar a considerar al proyecto de “interés turístico, cultural y recreativo”.
El antecedente más cercano a esta idea se remonta a los últimos meses de gestión de Mauricio Macri al frente de la Ciudad. Por ese tiempo la idea era emplazar la rueda en el Dique 2, pero fue desestimada de inmediato ya que en su momento la Universidad Católica se opuso al proyecto.
De las ferias a las ciudades
Desde un primer momento las ruedas de la fortuna estuvieron ligadas a las grandes ferias y parques de diversión en todo el mundo. Sin embargo, desde la instalación del London Eye, en el año 2000, se convirtieron en atracciones turísticas de relevancia. En Londres, está instalada junto al County Hall de esa ciudad, enfrente del Ministerio de Defensa. Tiene una altura de 135 metros y permite una vista de 360º de toda la ciudad de Londres. Fue terminada en 1999 y abierta al público en el año 2000.
En el caso de París, la rueda se encuentra instalada en la Place de la Concorde, y se convirtió también en un punto de celebraciones de los parisinos, en especial de las fiestas de fin de año. Tiene 42 cabinas móviles semicerradas, que llegan a alcanzar una altura de 60 metros desde la cual se ve una magnífica vista de la ciudad. El recorrido apenas alcanza los diez minutos de duración.