Si bien se trata de la casa de Dios, una parroquia del porteño barrio de Villa Devoto tuvo que ser protegida de la delincuencia con las manos del propio cura párroco que dirige la congregación.
Juan Vera, más conocido por los vecinos como " el padre Juan", redujo el domingo con sus propias manos a un delincuente que, con un ladrillo, intentó robar en su parroquia.
El curioso episodio se produjo alrededor de las 19, cuando el religioso sintió ruidos en el interior de la iglesia San Luis Gonzaga, de Baigorria 4260.
Al acercarse a la nave central, vio a un hombre -de 27 años, según se supo después-, con un ladrillo en sus manos y con evidentes intenciones de robo.
Confiando en su voluminosa humanidad, ya que su altura es de 1,90, el religioso, de 43 años, se le arrojó encima y en contados segundos logró reducir al asaltante.
Una vez logrado esto, el cura llamó a la Comisaría 45, donde el inesperado visitante quedó detenido.
Fuente: DyN