“Los basurales son un foco infeccioso para la zona que los rodea. La basura genera lixiviados que son líquidos que tienen elementos contaminantes. Si no están controlados contaminan las napas”, explica a PERFIL Elisa Gill, presidenta de la ONG ‘Doná tu Basura’. En junio del año pasado, el colapso del ‘Centro de disposición final de residuos sólidos urbanos’ por el desborde de la única celda habilitada para disponer los residuos de la ciudad balnearia terminó con la intervención del Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) y la firma de un convenio con Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) para la construcción de una planta para el tratamiento dichos líquidos, y de una planta de separación y clasificación de residuos.
A pesar de estos avances en el tratamiento ambiental, la situación social en la zona sigue siendo alarmante. “La gente se desespera porque no tiene nada de agua, viven debajo de una bolsa de consorcio o un par de cartones. Es muy triste ver cómo hay personas que viven ahí y no tienen absolutamente nada”, comenta una docente de la escuela 34, ubicada a metros del Basural. Sin luz, ni agua, ni cloacas, decenas de recicladores van a buscar en la basura los materiales para su trabajo, y muchas veces comida.
La Mesa de diálogo de Basural, convocada por el obispo de la ciudad, Gabriel Mestre es uno de los intentos por visibilizar la situación. “Es un espacio de articulación entre distintos sectores de la ciudad, siendo el eje principal la situación de las personas en vulnerabilidad”, explica Silvina Elías, referente local de La Alameda. “A pesar de las intenciones de Ceamse, partimos de diagnósticos distintos porque el organismo no tiene dimensión de la problemática social. Estamos hablando de situaciones graves: abuso, narcotráfico, trabajo infantil”.
“Hasta el año pasado existía un programa municipal que entregaba becas a niños y adolescentes para que fueran a estudiar, pero tras su disolución, hay cada vez más menores que vuelven a la basura, con todos los riesgos que eso implica”, dice Victoria Paglione, miembro del equipo de orientación de la escuela 34. Efectivamente desde el 2015 se destinaba el 7% de una tasa por la gestión integral de los residuos sólidos urbanos (GIRSU) a sacar a los chicos del predio, pero actualmente no se encuentra vigente. “No hay información de dónde está yendo ese dinero”.
“Una de las promesas de la Ceamse era la creación de una guardería. En concreto, lo único que ha cambiado es que el horario en el predio es más estricto”, concluye Elías.