El 22 de mayo de 2007, Lucas fue internado en el área de psiquiatría del Hospital Británico con una crisis emocional. Tenía 14 años. Tres días después, sus padres hicieron la denuncia en la comisaría. Contaron lo que su hijo les fue relatando de a poco: que durante varios meses había sido víctima de varios episodios de violación, abusos sexuales, exhibición de material pornográfico y consumo de drogas.
A casi cinco años de esos episodios, Jorge Corsi, uno de los responsables de los abusos, fue condenado a tres años de prisión de cumplimiento efectivo, luego de aceptar someterse a un juicio abreviado, en el cual reconoció su culpabilidad en la acusación que pesaba en su contra: “promoción para la corrupción mediante engaño”.
Hasta el lunes próximo Corsi tiene tiempo para disfrutar de la libertad. Ese día deberá presentarse ante la Justicia y luego será alojado en un penal del Servicio Penitenciario Federal.
El acuerdo, además de ser aceptado por la fiscalía y por el tribunal oral que lo iba a juzgar a partir del próximo 12 de marzo, fue aceptado por la familia de la víctima, que prefirió consentir el juicio abreviado y no que su hijo sea sometido al juicio.
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