SOCIEDAD
entrevista a alberto fhrig

“Lo que dice el Papa está absolutamente documentado, Argentina produce drogas”

El reconocido politólogo afirma que en el país se encontraron 159 laboratorios de cocaína, pasta base y drogas sintéticas. “Hay capacidad local para elaborar estupefacientes”, dice.

Operativo. En 2013, en la localidad de Funes, Santa Fe, se desbarató “la cocina de drogas más importante”, dijo entonces Berni.
| Telam

Hace 25 años, Argentina era un país de tránsito, hoy es un país de consumo. Y creo que también se produce”. Esta declaración del papa Francisco a la revista parroquial La Cárcova News generó debate y controversia. El titular del Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Juan Carlos Molina, negó lo dicho por el Sumo Pontífice y aclaró: “Seguimos siendo un país de paso”.

A raíz de este debate, PERFIL consultó al politólogo experto en “drogas, seguridad y democracia” del Social Science Research Council, Alberto Föhrig: “Lo que dice el Papa está absolutamente documentado. Argentina es productor. En una década se descubrieron 159 laboratorios, según el mismo Sedronar”.
El especialista hace referencia al informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) titulado “El control de aduanas y fronteras”, en donde se informa que entre 2002 y 2012 se detectaron 159 laboratorios de cocaína, pasta base y droga sintética. “Casi todos los descubiertos estaban asociados a la fabricación de cocaína y pasta base-paco”, se detalla en el informe y se destaca que en 2008 se dio con la “primera cocina de droga sintética” en Escobar. El 67% de estos laboratorios  funcionaba en la provincia de Buenos Aires; el 14%, en Capital Federal, y el 5%, en Santa Fe (el 14% restante se distribuye en otras seis provincias).

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“Creo que los números son elocuentes y no son meras interpretaciones. Es cierto que acá no se produce hoja de coca, pero sí hay cocinas de cocaína, pasta base y droga sintética. En los últimos 15 años han aparecido laboratorios que ya no se dedicaban al corte sino a la trasformación de pasta base en clorhidrato de cocaína”, explica Föhrig.
¿Qué condiciones se dieron para que Argentina mutara a productor?
—Con respecto a la cocaína, se dio el “efecto globo”: las políticas públicas y los controles que se realizaron en Colombia y México produjeron una fragmentación de los carteles de esos países y una migración del negocio hacia distintas regiones, incluyendo el Cono Sur. En 2013, Perú se transformó en el primer productor mundial de cocaína y otro foco importante se ubicó en Bolivia. Este impulso hacia el sur llegó al país. Por otro lado, las sustancias que se necesitan para la elaboración de clorhidrato de cocaína están presentes en la industria química local y son muy fáciles de obtener. Además, hay otro problema que es que el clorhidrato de cocaína se puede fabricar con distintos tipos de sustancias, por lo que, cuando se regula alguna de ellas, los que elaboran este tipo de estupefacientes recurren a otro químico para lograr el mismo objetivo. Hoy Argentina está dentro del mapa de los países que tienen capacidades locales para la elaboración de estupefacientes.
¿El país está muy lejos de ser México o Colombia?
La Argentina hoy no es ni México ni Colombia. El punto es que Argentina necesita poner en funcionamiento una política antidroga que ataque a las bandas y debe realizar un control efectivo de sustancias, de lavado de dinero, de financiamiento de la actividad política y de la corrupción del ámbito policial a nivel nacional, provincial y municipal. Si no se hace todo esto, cada día vamos a tener un problema más grave y de a poco nos acercaremos a situaciones con mayor tráfico y con mayor violencia en la sociedad.