Avenida Sáenz, Pompeya, 17 horas. Automóviles, colectivos y camiones se amontonan sobre los dos únicos carriles disponibles para intentar cruzar el Puente Alsina y volver a Provincia lo antes posible. Los conductores miran con resignación el único espacio que permanece prácticamente vacío, justo al lado: la vía rápida del Metrobus Sur.
Tan sólo dos líneas de colectivos circulan en el carril exclusivo entre avenida La Plata y Rabanal, mientras que otras nueve comparten la calle, y los embotellamientos, con el tránsito general.
Las dos primeras líneas de Metrobus, en la avenida Juan B. Justo primero, y luego en la 9 de Julio, fueron evaluados por el gobierno como dos de las medidas más exitosas de la gestión. Sobre el del Sur, nadie está tan seguro.
En los dos primeros BRT (Bus Rapid Sistem), todos los colectivos, aunque sólo ingresen a las avenidas por un pequeño tramo, circulan por los carriles exclusivos. De esta forma, se logró mantener fluido el tránsito tanto dentro como fuera del Metrobus. Si bien lo vehículos particulares tienen menos espacio, no son obstaculizados por el subir y bajar de los pasajeros de transporte público. Todo esto no ocurre en el Sur, donde las líneas 9, 15, 28, 31, 112 y 178, entre otras, no ingresan al sistema.
“Es cierto que para la circulación general la avenida Sáenz es conflictiva. Es lógico porque sacamos dos carriles por sentido y todo se dificulta. Estamos en etapa de ajuste, y algunas cosas se van viendo sobre la marcha. El formato actual no es el definitivo”, reconoció Guillermo Krantzer, Director General de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires.
En la playa de estacionamiento de la línea 9, Jorge, el encargado, se quejaba: “Los choferes se molestan porque pierden quince minutos cada vez que llegan a la avenida Sáenz. Todo el tiempo que ganan en el Metrobús de 9 de Julio, por donde también pasa el recorrido, lo pierden cuando llegan al del Sur”.
Solamente la 91 y las 115 aprovechan el recorrido con lo que lograron reducir los tiempos de viaje entre 15 y 20%.
Fuentes de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros coincidieron en el diagnóstico: “Está mal diseñado, los colectivos que vienen de Provincia no pueden doblar, entonces tienen que salirse del carril. Ocurre lo mismo en la zona de Puente la Noria. Sabemos que se están llevando a cabo reuniones para sumar más líneas, pero eso podría hacer que se generaran colas de colectivos en las paradas, lo que demoraría más el trayecto”.
Según indica Guillermo Krantzer, una de las dificultades para coordinar la circulación de las otras líneas es que el recorrido debe ser autorizado por el gobierno nacional. "Estamos esperando la aprobación, pero la Nación tiene sus procedimientos, que llevan tiempo”, indicó. Ante la consulta de PERFIL, la respuesta oficial de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) fue que no existe ningún trámite iniciado. “En los otros Metrobus tampoco hicieron el trámite, simplemente prohibieron la circulación por las calles interiores", sostuvieron.
El otro problema es de infraestructura. Hasta el momento, el Metrobus Sur tiene solamente un carril por sentido, lo que sus impulsores aseguran que es insuficiente para contener a todos los colectivos. La idea es llevarlo a dos carriles, como en la 9 de Julio, pero recién cuando se termine la obra de construcción de la extensión de la línea H del subte hasta Pompeya, que utilizaría espacio en la acera.
Mientras tanto, la Secretaría de Tránsito y Transporte, a cargo de Guillermo Dietrich, comenzó las conversaciones para que las líneas 160 y 128 se incorporen al recorrido. De esta forma, esperan duplicar los 40 servicios por hora que actualmente circulan por el Metrobus y agilizar el movimiento del tránsito general, por lo menos hasta encontrar una solución completa.