La Catedral porteña se convirtió en el escenario principal de los festejos por el primer aniversario del pontificado de Francisco, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, resaltó los gestos y palabras de "buen pastor" del Papa y su entrega "sin reservas" a la Iglesia.
El purpurado porteño afirmó que el mensaje del pontífice argentino "va despertando una nueva identidad en la Iglesia y un entusiasmo en los fieles por ser protagonistas".
Poli aseguró que "la total inspiración en la Palabra de Dios", el llamado a los cristianos a "salir de la comodidad e ir a las periferias existenciales", ser una "Iglesia en salida" y "la pasión por la misión", son las claves del ministerio de Francisco.
Precisó que "Francisco quiere que llevemos la salvación al mundo nuestro, así como está, así como viene la vida, necesitado de respuestas que alienten y den vigor en el camino", precisó.
"La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado y alentado a vivir la vida buena del Evangelio", dijo y agregó: "Esta es la Iglesia que predica el Papa". Poli también se refirió a su creación como cardenal: "Cuando se conoció el nombramiento, me acordé de san Cayetano, que le da trabajo a todos", bromeó.
La misa fue concelebrada por el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, y los obispos auxiliares de Buenos Aires Joaquín Sucunza, Eduardo García, Enrique Eguía Seguí, y prelados auxiliares electos Ernesto Giobando SJ y Alejandro Giorgi.
Las autoridades políticas estuvieron representadas por el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y el director general de Cultos porteños, Alfredo Abriani.