Cada temporada, los cuatriciclos dan que hablar: los accidentes se repiten y la preocupación se incrementa ante el uso que les dan los menores. La muerte de Nicolás González Vilas, el chico correntino de 12 años que falleció el jueves en Cariló aplastado por un cuatriciclo de 800 cc, vuelve a poner el tema en debate: los controles municipales y la responsabilidad de los padres.
“Pinamar tiene el mismo problema todos los años: el control del uso de los cuatriciclos. Esto se trata de una impericia tanto de los padres como en el rol del Estado”, se lamentaba ayer Sergio Levin, referente de la tragedia de Ecos. La triste noticia se suma a varios casos de menores accidentados en los últimos años, y si bien hay un anteproyecto para restringir su uso y delimitar circuitos de circulación, aún no fue tratado.
Nicolás iba solo en el cuatriciclo, y estaba con dos amigos. Si bien se llamó al 911, fue un turista quien lo llevó hasta un centro médico en su camioneta, donde no pudieron hacer nada por salvarlo. Ayer, en medio de la conmoción, los padres retiraron el cuerpo del menor y lo trasladaron a Corrientes, de donde la familia es oriunda; habían llegado a Cariló para pasar unos días de vacaciones.
“Este es un hecho que ocurre desde hace años: todos saben que está prohibido y todos saben que está mal. Cariló es un pueblo y cualquier persona que pone a un menor en un cuatriciclo sabe que existen multas y que está prohibido”, sostuvo a PERFIL Martín Yeza, intendente de Pinamar. Consternado por la tragedia, defiende los controles que se hacen en La Frontera –“desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde”–, aunque sostiene que “hay áreas que no podemos controlar: la actitud de un padre dándole un vehículo de alta cilindrada a su hijo”. Y asegura que desde el lunes tomarán nuevas medidas de control, entre ellas, incorporar drones con cámaras para vigilar las playas y los médanos. “Haremos una campaña de concientización, pero más fuerte que lo que ocurrió ayer para entrar en razones no hay”, escribió ayer en su cuenta de Twitter.
Controles. Desde el municipio explican que cuando encuentran menores manejando con sus padres se efectúan las multas, y que cuando los menores manejan solos, se secuestra el vehículo hasta que llega el adulto. Sin embargo, se muestran preocupados porque se ven cada vez más menores solos: “Esta temporada hay muchos menores circulando solos, con las consecuentes multas a sus padres. Es algo que se ve ahora y que se vio siempre. Es un tema de la conciencia social de cada familia. Los menores son responsabilidad suya, y los controles serían efectivos si se respetaran las regulaciones”, explica a PERFIL Sebastián Manrique, secretario de Tránsito de Pinamar.
Ayer, en la cuenta de Facebook del club Taraguy Rugby Club, donde Nicolás jugaba al rugby, los mensajes de condolencia para la familia se repetían: “Con profundo dolor enviamos nuestros pésames a la familia de nuestro jugador de M12 Nico González Vilas, quien a partir de hoy integra nuestro equipo del cielo”.
Antecedentes de un drama que se repite
El de Nicolás González Vilas en Pinamar dista de ser el primer accidente fatal con cuatriciclos. Es, de hecho, el tercero en los últimos días del año y principios de 2016. El sábado 2 murió un joven en Tres Lomas, provincia de Buenos Aires, mientras que el 12 de diciembre, una adolescente de 14 años falleció en Hualfín, Catamarca.
Pese a que cada año se insiste con los controles, la lista de accidentes es larga y se repite. En Pinamar, por ejemplo, se secuestraron diez cuatriciclos por día durante el año pasado, pero los accidentes igual no merman. Y las víctimas menores de edad, tampoco.
En marzo de 2014 un chico de 11 años murió tras chocar un cuatriciclo contra un árbol en Justo Daract, provincia de San Luis. El año anterior, un niño de 11 años quedó en coma tras un choque entre cuatriciclos en Pinamar. El vehículo era conducido por su padre.
En enero de 2011, un niño de 4 fue atropellado por un cuatriciclo, y el conductor era otro de 6. Un año antes, el hijo de Juan Sebastián Verón atropelló a una joven en los médanos de Cariló.
En tanto, en 2009, un adolescente de 15 años impactó contra un árbol en Villa Carlos Paz, Córdoba, y falleció.