En un clima enrarecido y de tensión por el constante enfrentamiento entre trabajadores, la intervención, el Gobierno y los familiares de los pacientes, Víctor Garay, el delegado de maestranza del hospital Francés, aseguró que "el riesgo que corren" los 32 pacientes internados en ese centro de salud es que el director general, Walter González, permanezca en el cargo.
Luego del conflicto que generó el traslado de enfermos a media noche, algunos sin el aval de los familiares, estos enfermos ocupan ahora el lugar de botín de guerra. Los 32 pacientes quedaron en medio de una puja sobre la cual Garay endilgó toda la responsabilidad al director general, Walter González.
Las 32 personas que permanecen internadas en el establecimiento están correctamente asistidas y con insumos suficientes para llegar hasta el fin de semana, aseguró Garay en declaraciones a la señal de cable Todo Noticias (TN). Las declaraciones del delegado surgieron en respuesta a la acusación de González que había acusado a los trabajadores de "poner en riesgo la vida de los pacientes".
A la espera de la reunión pactada para con el Jefe de Gabinete Alberto Fernández en la casa de Gobierno, con quien intentarán llegar a un acuerdo para terminar con el conflicto en el hospital, el delegado aseguró que a pesar de “la papelonera golpiza" del pasado martes los internados nunca dejaron de ser atendidos.
"El doctor González sabe mucho mejor que el promedio habitual es de 7-8 pacientes en piso por cada enfermero, y en terapia intensiva son tres pacientes por cada enfermero. Hoy en terapia y unidad coronaria tenemos un dos pacientes y medio por enfermero y en piso estamos en 3-4 pacientes por enfermero", expresó Garay.
Recordó que "durante su gestión, González varias veces 'apretó' al personal de piso para que un enfermero atendiera a 9, 10, 12 pacientes...me extraña ahora su preocupación".
Los trabajadores desarrollan una protesta en el hospital, ubicado en La Rioja 951 del barrio porteño de San Cristóbal. Piden el pago de salarios adeudados -tres meses y medio- y reclaman la renuncia del interventor, José Luis Salvatierra.
El conflicto, que la semana pasada no encontró solución ya que las partes no se pusieron de acuerdo, se acrecentó durante el fin de semana. Gracias al conflicto político-gremial, que no garantizó el funcionamiento normal del hospital, el delegado explicó que un trasplante de corazón tuvo que ser suspendido.
El domingo, sobre la entrada del centro médico, trabajadores y pacientes realizaron una misa encabezada por el párroco de la Iglesia de la Santa Cruz, Carlos Saracini. Además, los empleados aseguraron haber recibido el respaldo del arzobispo de Buenos Aires, Moseñor Jorge Bergoglio.