Después de la apertura de ShowMatch, que vieron casi cuatro millones de personas el lunes pasado, caminar junto a Lucas, Diego, Daniel, Jorge y Carlos, los cinco jóvenes de entre 15 y 22 años a los que todos los vecinos conocen como “los raperos de la 31”, se convirtió en lo más parecido a acompañar a un grupo de estrellas de rock dentro del asentamiento de Retiro.
Es que desde que tuvieron sus cinco minutos de fama en la presentación, en la que actuaron junto a Pampita Ardohain, todo el mundo los saluda, los frena para felicitarlos o sacarse fotos, y hasta les piden que “muestren que en la villa hay gente buena”. Y Lucas Beat (Lucas Rindel), LV31 (Diego Díaz), Ozu-Mas (Daniel Ozuna), Piru Rap (Jorge López) y Negro MC (Carlos Guzmán) lo agradecen. Saben que ahora tienen la responsabilidad de convertirse “en un ejemplo para los más chicos” –un par de ellos ya tienen hijos– y que el país se enteró de lo que hacen buena parte del día, cuando no trabajan: rapear en las esquinas del barrio YPF, dentro del mayor asentamiento porteño. Aseguran que la fama incipiente de la que gozaron esta semana “no se nos subió a la cabeza”, aunque sí reconocen que ahora, quienes les decían que vayan a “laburar de algo digno” y dejaran la música les piden que “no aflojen”, cuenta Ozu-Mas.
De su aparición en el programa de Tinelli, al que llegaron porque un productor los vio, cuentan que “nos sentimos Eminem, por todo lo que prepararon para nosotros”, y que grabar con Pampita “fue reloco. Llegó en combi, como una estrella, pero nos dijo que estar acá fue un sueño para ella”.
La casa de Diego (alias LV 31), de 21 años, es la “sala de ensayo”: ahí se reúnen a diario a ensayar y rapear, y graban en una consola que compraron juntando la plata entre todos. “Necesitamos más equipos y micrófonos. Por ahora nos arreglamos con uno solo”, explican. LV31 (Diego) ahora está desocupado, pero trabajaba como ayudante de cocina en Palermo. “Rapeamos casi a pedido. Nuestra realidad es la música que hacemos”, dice.
Todos rapeaban solos y se conocieron en un festival del barrio. Cantan sobre la violencia y la represión policial, que dos de ellos vivieron en carne propia: Piru Rap estuvo detenido en un instituto de menores y Negro MC también tuvo “problemas con la ley, que ya solucioné”, y ahora trabaja de cartonero, cuenta a PERFIL. Piru organizó una cooperativa que recolecta los residuos de las casas de su barrio. “Yo empecé haciendo letras sobre el barrio, desde chico. Después en un colegio del barrio me incentivaron los profes para rapear la letra que hacía. Ahí nacieron mis ganas de rapear. Cuento de todo un poco, son letras para el barrio. Letras sobre urbanización, o de las cosas buenas que también se hacen, y hacemos referencia a todo tipo de violencia, desde policial hasta de género”, explica Ozu-mas. Desde el lunes pasado, el Facebook del grupo “explota”: los convocan para saludarlos y conocerlos. “Es una experiencia maravillosa. Damos talleres para los chiquitos del barrio, y ahora esperamos que nos sigan llamando para trabajar de raperos, pero afuera. Quizá hasta grabar un videoclip”, se esperanzan.