El humo de la parrilla se puede ver a varios metros de distancia y, a medida que te aproximás, el olorcito no da tregua: casi que urge la necesidad de bajar rápido de la telesilla y correr a pedirse un chori, o un sándwich de bondiola, lomo o hamburguesa.
No es exagerado. Ocurre en Las Leñas, mientras uno sube en la telesilla Minerva, que lleva a la pista de esquí más concurrida del valle, ubicado en plena cordillera de Los Andes, en Mendoza.
Y la telesilla pasa nada más y nada menos que por arriba del parador Olympos, que tiene instalada la parrilla al aire libre, al lado de mesas abarrotadas por esquiadores y snowboardistas que hacen una escala obligada para disfrutar de sus sándwiches. Alrededor todo es nieve e increíbles picos de montañas. Un paisaje único.
El parador está ubicado a unos 2.600 metros sobre el nivel del mar y también dispone de comidas de montaña, elaboradas especialmente para recuperar calorías en medio del frío y de la práctica de deportes de nieve, como guisos de lentejas, casuelas de pollo, y sopas crema.
Los miércoles, cuando el valle se prepara para el esquí nocturno (que se hace sólo ese día a la semana), el parador recibe a los visitantes con una fiesta, al lado de la única pista iluminada para este acontecimiento, cuenta a Perfil.com Gonzalo Carrea, generente general del parador.
La temporada en Las Leñas comenzó el lunes 4 de julio, y en la primera semana su ocupación hotelera alcanzó el 80%. Se trata de uno de los pocos centros de esquí que no fueron afectados este invierno por las cenizas del volcán chileno Puyehue.
(*) Desde Las Leñas. De la redacción de Perfil.com.