Se terminó. La aventura llegó a su fin. Sabíamos que tenía fecha de vencimiento. Estamos infinitamente agradecidos por los meses vividos, por haber cumplido una meta que nos había parecido imposible muchas veces por no ver más allá de la rutina y de lo que nos consumía lentamente.
¿Qué te puedo decir? Viajar es hermoso, es una de las cosas más lindas que puede hacer uno con su tiempo y su dinero, pero es sólo nuestra humilde opinión. Hoy está muy sobrevalorado viajar, nos venden que viajando vamos a solucionar todos nuestros problemas existenciales, que vamos a encontrar la paz interior, que vamos a descubrir nuestro verdadero yo. No pienso que sea así, entiendo que hay gente que siente cosas como las que vivimos viajando, yendo al gimnasio o siendo exitosos en su trabajos.
¿Qué vivimos? Pudimos vivir la mayoría de estos días conectados con el aquí y ahora. Disfrutar sin pensar en el mañana, sin demasiadas preocupaciones, sentirse pleno, todas cosas que a mi me habían costado mucho vivirlas con tanta intensidad cuando mis viajes eran vacaciones, por la ansiedad que me desborda y porque en vacaciones nunca llegué a experimentar el deseo fuerte de volver para revivir todo con los nuestros que se quedaron.
Y con esto me surge otra cuestión. ¿Estuvimos de viaje o de vacaciones? ¿Fuimos turistas, viajeros, mochileros? Y pensándolo bien, ¿por qué tendemos a etiquetar y clasificar todo? No tengo idea de qué fuimos, por momentos trabajamos para poder seguir, por otros sólo queríamos comodidad. A veces, interactuábamos mucho con la gente de los lugares que visitábamos y otras no pudimos dejar atrás nuestros prejuicios. Por momentos teníamos todo planeado y por otros nos entregamos por completo al camino. Conocimos nueve países. Muchísimas ciudades y pueblos, paisajes hermosos y únicos, pero lo mejor y más lindo, la gente que conocimos, la cantidad de amigos que nos llevamos de cientos de rincones distintos del planeta. ¿Fuimos turistas, viajeros o mochileros? Creo que somos visitantes, todos, porque estamos de visita en el mundo. Si nos ponemos a pensar, nuestro paso por acá es efímero en comparación al tiempo que el mundo lleva girando.
¿Qué fuimos entonces? Pienso que fuimos felices.