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Concurso de la Justicia en 1980 pedía más requisitos

En la actualidad los hombres son minoría entre empleados y magistrados; no así entre jefes de áreas.

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PERSONAL. La planta de empleados judiciales y magistrados, según el sexo. | Cedoc Perfil

El 17 de abril del año 1980 el Tribunal Superior de Justicia publicaba un acuerdo para convocar a concurso con el fin de cubrir cargos de escribientes. Los requisitos impuestos eran: ser argentino, no tener más de 30 años, en el caso de los varones haber cumplido con las obligaciones militares, saber escribir a máquina al tacto, ser estudiante de Abogacía y haber aprobado seis materias. 

Pero tan sorprendente hoy como comprensible para la época era que a los varones se les exigía “una calificación promedio no inferior a seis puntos” mientras que “en atención al gran número de postulantes mujeres, siempre más elevado en relación a los cargo a cubrir que el de varones”, la calificación no podía ser “inferior a siete puntos”. 

Es decir, las exigencias eran mayores para ellas en relación a los hombres

La resolución del alto cuerpo llevó la firma de los jueces Marcelo Espinosa, Osvaldo Tarditti, José Álvarez, Víctor Reinaldi, el conjuez Moreyra y el entonces fiscal Carlos Lascano. Todos hombres. 

A 38 años de aquella acordada han cambiado algunas cosas en la Justicia Provincial. 

En la actualidad, de los 5110 integrantes que posee la planta técnica y administrativa, el 71 por ciento son mujeres. Y entre los 2.313 funcionarios y magistrados también prevalecen con el 63 por ciento. 

Solo en el estamento Personal Superior (jefes de áreas) hay 55 por ciento de hombres; es decir que superan en número a las mujeres, lo cual es también un dato en sí mismo, aunque en número este es el menos importante, porque se trata de personas que ocupan 245 cargos. 

En la cabeza del Poder Judicial si bien las mujeres no son la mayoría, el TSJ cuenta en su integración con tres de un total de 7 miembros: Aída Tarditti, María Marta Cáceres de Bollatti y Mercedes Blanc de Arabel. 

La presidenta, por segundo año consecutivo es Aída Tarditti. Y, aún en el caso de que en la votación que la designó en el cargo no hubiera ganado, su “competidora” era Cáceres de Bollatti. Es decir que de todos modos, la presidencia iba a quedar a cargo de una mujer. 

La prevalencia del género en el alto cuerpo es una característica que diferencia a la provincia de Córdoba de otras jurisdicciones donde aún los hombres llevan la delantera.